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Cuando Diane Keaton dejó a Woody Allen y él se lió con dos hermanas de ella

La relación de Woody Allen con la actriz Diane Keaton tuvo un cierre a la altura de sus películas.

La relación de Woody Allen con la actriz Diane Keaton tuvo un cierre a la altura de sus películas.
Woody Allen y Diane Keaton en Tócala otra vez, Sam | Cordon Press

Hay historias que parecen ser argumentos de cualquier vodevil. Líos, traiciones, embrollos no inventados por ningún escritor ni guionista. Contamos hoy lo que le ocurrió a Woody Allen con Diane Keaton, tal vez la mujer que mejor lo ha comprendido en sus complicadas relaciones femeninas.

Diane, dejó un día de 1969 su ciudad natal, Los Ángeles, para volar hasta Nueva York. De costa a costa de los Estados Unidos soñando con dedicarse a la interpretación. Broadway sigue siendo el lugar donde más teatros existen por kilómetro cuadrado. Y en uno de sus escenarios Woody Allen convocó una sesión de pruebas para elegir a la protagonista de su comedia Tócala otra vez, Sam, que posteriormente se llevaría a la pantalla.

Entre todas las chicas que acudieron Woody eligió a la llamada Diane Keaton. No intimó con ella hasta semanas después de aquella decisión. Una cena fue su primera cita, tras la que el cómico observó el gran sentido del humor de la joven actriz. Por supuesto le conquistó su belleza. Y la vitalidad que siempre ha mostrado, incluso en la actualidad, a las puertas de cumplir setenta y cinco años, cuando sigue en activo.

La relación de Woody Allen con las mujeres que ha conocido ha sido cuestionada más de una vez, sobre todo a causa de las supuestas rarezas que muchos le adjudican. Lo cierto es que entre él y Diane Keaton siempre ha existido una sincera amistad, que aún continúa, a pesar de que sus vidas tomaran caminos diferentes. Durante el tiempo que estuvo representándose Tócala otra vez, Sam decidieron convivir juntos. Fue durante un año, a partir de 1970. No se conocen peleas entre ellos. Lo han reconocido ambos, tanto Diane en su libro de memorias, Ahora y siempre, como él en A propósito de nada, que encabeza la lista de los más vendidos en España desde que apareció en la pasada primavera. Más he aquí que cuando Allen dejó de dirigir aquella comedia y planear su adaptación cinematográfica ambos fueron distanciándose y Diane Keaton acabó en brazos de Al Pacino, al que conoció rodando una de las partes de El Padrino. Estuvieron muy enamorados, al punto que se le atribuye al galán una confesión acerca del supuesto embarazo de ella. Por lo visto esperaban un hijo. Y Al Pacino, que tiene aversión al matrimonio, alguna vez ha dicho que Diane Keaton podía haber sido su esposa. Pero no lo fue. Coincide con él respecto a la idea de casarse: sigue soltera.

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En El dormilón | Cordon Press

Cuando Woody Allen se enteró de que Diane, tras abandonarlo, había iniciado un romance con Al Pacino debió entrarle una especie de "ataque de cuernos". Y optó por conquistar a las dos hermanas de ella. Primero salió con Robin, y después con Dori. Lo cuenta en el mentado libro A propósito de nada. Si se analiza la cuestión no hace falta recurrir a un psicoanalista como hace el propio cómico para concluir que algo se cuece en su cerebro cuando se lanza a ese tipo de aventuras amorosas. ¿No tenía en todo Nueva York otras chicas a las que proponerle una cita en su apartamento? No, señor. Había que llamar la atención de Diane Keaton, su antigua amante.

Profesionalmente, Diane Keaton siempre le ha agradecido a Woody Allen las oportunidades que le brindó para trabajar a su lado. Annie Hall le proporcionó un Óscar. Y buenas críticas en Sueños de un seductor, Interiores, Manhattan, Días de radio… Fuera de los estudios, ambos han mantenido, aunque sea a distancia, un hilo confidencial. "Es uno de mis amigos más cercanos", confesó Diane sobre Woody. Y él la ha elogiado siempre que ha venido a colación en alguna entrevista.

La verdad es que Diane Keaton ha llevado siempre una vida independiente y supo desde que conoció a Woody Allen que no iba a estar con él mucho tiempo. En su autobiografía dejó escrito: "Yo no quería ser la mujer de nadie. Lo que me apetecía ser era una chica "sexy" y tener a alguien con quien "darme un lote". Esa sinceridad se vio reflejada en sus relaciones sentimentales. Tras romper con Al Pacino, Warren Beatty, siempre al acecho de cualquier belleza que tuviera a tiro, conquistó a Diane Keaton mientras rodaban Rojos. Y como siempre fue habitual en el galán, hermanísimo de Shirley McLaine, cuando se cansó, pronto, de Diane, emprendió el vuelo tras otra que la sustituyera.

Diane Keaton ya ha vivido lo suficiente como para sentirse plenamente dichosa tanto por sus éxitos en el cine como por sus amores. Sin tener estabilidad alguna en su relación con los hombres, no le ha supuesto mucho, o lo ha disimulado bien. Que esté sola desde hace tiempo le importa un pimiento. Un día decidió adoptar una niña, Dexter y un niño, Duke. Que le han aportado la felicidad que buscaba al no ser madre biológica.

La jubilación es una palabra que le produce espanto. "Me gusta siempre estar haciendo algo". Por eso, en época de vacas flacas se ha encargado de ocuparse de una agencia de copra-venta inmobiliaria. Confesó que entre su clientela contaba con Madonna, a la que le gusta de vez en cuando cambiarse de residencia, como la última vez que compró un caserón en Lisboa. Esa actividad constante de Diane Keaton la lleva a oponerse a cualquier operación estética. Si tiene arrugas, no las oculta. Y en este año tan extraño por la pandemia pudo rodar al principio su última película, "Upward". Lo único que le preocupa, como a tantos, es la idea de la muerte. Le gustaría que, llegado ese momento, le inyectaran algo y se fuera sin sentir nada. "Quisiera saber dónde acabaré", terminó diciendo en una de sus últimas entrevistas.

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