
La figura de Francisco Rivera Paquirri ha vuelto a ponerse de actualidad gracias a la guerra pública que mantiene Kiko Rivera contra Isabel Pantoja. Según ha declarado el Dj en las últimas semanas, su madre habría utilizado la herencia que le dejó su padre para sus tejemanejes económicos, movimientos que lo podrían poner en un aprieto en el caso del fallecimiento de la artista. Además, Kiko Rivera habría descubierto los objetos de su padre que supuestamente habían sido robados de Cantora y que legalmente pertenecen a sus tres hijos.
Mucho se está hablando también sobre la verdadera relación que Isabel Pantoja mantenía con Paquirri durante sus últimas semanas de vida. Una de las últimas en aportar su testimonio sobre el tema ha sido Teresa Rivera, que acudió a la segunda entrega de Cantora: una herencia envenenada donde aseguró que su hermano estaba pensando en divorciarse de la tonadillera a su regreso de la gira americana que hubiese empezado tras la corrida en Pozoblanco donde perdió la vida.
Este lunes se volvió a hablar sobre el fatídico día del fallecimiento de Paquirri. El programa Sálvame se puso en contacto con Antonio Jurado, uno de los dueños del hotel Los Codos el que se instaló el torero para prepararse antes de torear. Según el propietario del hotel, el diestro habría intentado llamar en repetidas ocasiones a su mujer, sin éxito. Ante la imposibilidad de contactar con Pantoja, el torero dejó un recado a Antonio Jurado y le apuntó varios teléfonos a los que llamar mientras él estaba en la plaza de toros.
Tras la marcha del torero, Antonio Jurado consiguió hablar con Isabel, sin querer revelar el contenido del recado: "De vida o muerte no era, pero el mensaje lo sabe Isabel", explicó al programa. Según su testimonio, Isabel se mostró extrañada de que su marido quisiese hablar con ella "ya vestido con el traje de luces", ya que no tenía costumbre de hacerlo: "Él se levantó, llegaría a la seis y pico de la mañana. Estuvo comiendo, se fue a la habitación y no salió hasta la hora de la corrida. Lo noté tranquilo, muy tranquilo (...) No sé si estarían enfadados o no. Eso yo no lo puedo decir porque yo a ella ni la vi. Mi misión era atender a Paquirri, para mi fue una gran persona y que Dios lo tenga en su gloria".