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La nueva Rosa López: topless en Instagram y por fin enamorada

Rosa López acaba de cumplir 40 años, y lo hace enamorada de Iñaki.

Rosa López acaba de cumplir 40 años, y lo hace enamorada de Iñaki.
Rosa López | Instagram

No es la primera vez que Rosa López confiesa que vive una relación amorosa satisfactoria, y esperemos que ahora sea la última, a juzgar por el brillo de sus ojos y su declaración de que lleva unos meses en la creencia de que ha conocido al hombre de su vida. Fue en agosto de 2019 cuando en un concierto de Marta Sánchez simpatizó con un admirador que se le acercó, y ella, de pronto, sintió un cosquilleo dentro del cuerpo. Lo que siguió después fue el consabido intercambio de números de teléfono, hasta el primero de los sucesivos encuentros, y el convencimiento mutuo de que estaban comenzando un romance. Los fotografiaron muy juntitos, besándose, en actitud que no admitía dudas. Pero la cantante granadina no soltaba prenda sobre la identidad del desconocido acompañante. Bertín Osborne, en su programa semanal en Canal Sur, le arrancó hace pocas semanas a Rosa ese misterio: su novio se llama Iñaki y es asturiano. Ya no se sabe más del pretendiente: a qué dedica el tiempo libre y cuál es su profesión. No quiere dar más pistas ella por si se malogra la relación, como ya ha ocurrido en otras ocasiones.

En efecto: Rosa María López Cortés, que este 14 de enero ha festejado sus cuarenta años, natural de Armilla (Granada) y ganadora de Operación Triunfo en 2002, si bien ha gozado de la popularidad, por las ventas de sus discos, su presencia constante en los medios de comunicación y una buena cuenta corriente, en cambio, lo que viene anhelando desde hace tiempo, casarse y tener hijos, no lo ha conseguido. ¿Las razones? Que sus idilios han terminado como el rosario de la aurora. Dicen que ella es impetuosa, que quiere salirse siempre con la suya, y así no ha encontrado ningún paciente varón que la aguante. Puede que sea más verdad que, dada su condición de artista, sus viajes constantes, la presión que toda estrella de la canción vive para que sus discos funcionen, la hayan convertido en una mujer hiperactiva, nerviosa, que no encuentra tiempo para con tranquilidad estar con un hombre. Sus éxitos musicales, en una palabra, es posible que le hayan pasado factura a la hora de enamorarse. Algo que siempre ha ocurrido en semejantes casos: el éxito profesional o la felicidad sentimental. Y eso que Rosa viene intentando estabilizar su situación íntima. Respecto a su nuevo amor, ha dicho: "Echaba de menos el contacto físico. Porque soy muy pasional, soy una fiera...".

La Rosa López actual es una mujer muy cambiada respecto a aquella joven que vivía en una familia modesta, con un padre, ya fallecido, que ganaba unos pocos euros como vigilante de coches por su cuenta. El triunfo de la cantante, con su voz excepcional, sacó a los suyos de la casi miseria en la que estaban instalados. De cobrar entre cuarenta y cinco mil y setenta y cinco mil pesetas por bolo, con el nuevo siglo su situación cambiaría, con aquel "Europe living a celebration" eurovisivo. Rosa, cuando hablaba en público, era evidente que no articulaba bien las palabras. De ello se ocuparía el joven doctor sevillano Pablo Muñoz-Cariñanos, laringólogo, tratándola de una disfonía. Ambos, fuera de la consulta, tuvieron una relación que acabó por romperse. Parecía la más sólida de las que tuvo la cantante, hasta la aparición actual del desvelado novio asturiano.

Esta Rosa de España, como la motejó el cantante Alejo Stivel con excesiva pomposidad, es ahora una mujer diferente, que se expresa con naturalidad, sin la ronquera de ayer, con manejo de un lenguaje que carecía. Su esfuerzo ha sido grande y meritorio, como el de perder unos cuantos kilos. Luce una inequívoca belleza y se permite en Instagram mostrar no hace mucho uno de sus pechos, el izquierdo. Le gusta lucir vestidos donde se deja traslucir su hermoso busto. Y recuerda que hace unos meses permaneció ocho horas con un equipo de maquilladores; transcurrido ese tiempo, Rosa apareció en Instagram con la mitad de su cuerpo dividido por unas pinturas donde en la parte izquierda su rostro era una calavera y sus extremidades inferiores parecidas a las imágenes de una radiografía. La otra parte derecha era digamos normal, con su pecho descubierto. ¿Qué mensaje quería Rosa transmitirnos? Más o menos que a las mujeres no hay que juzgarlas por su belleza y que por dentro pueden albergar sentimientos que los hombres desconocen o no quieren reconocer. Contemplando esa imagen, la verdad es que no hallamos nada que nos lleve a esa reflexión de la cantante. Que sonríe muy satisfecha estos días con la aparición de su disco "Vacío".

Son ocho álbumes de estudio los que ha grabado, que le han proporcionado siete discos de platino, cuatro de oro, con más de un millón de copias vendidas hasta el presente. Lo que no sabíamos es que el fallecido recientemente Armando Manzanero le había brindado un bolero para que lo grabase. Conociendo el respeto que el mexicano tuvo siempre con el lenguaje y con las buenas costumbres, nos sorprende el título: "No jodas, por favor". Claro que en estos tiempos los españoles usamos esa frase no en el sentido sexual, sino el de pedir que no se nos fastidie. También puede significarnos extrañeza. Mas no deja de producirnos en el repertorio de uno y otra una comprensible perplejidad y hasta motivo de chanza.

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