Este galán llamado Hugo Silva nacido hace cuarenta y tres años en Madrid, lleva una carrera imparable en el cine y la televisión, convertido en un "sex symbol" gracias a su atlética fisonomía, pero que ha demostrado con el tiempo ser asimismo un apreciable actor. Lleva por norma una vida personal lo más discreta posible, aunque los reporteros de la prensa rosa le han descubierto sus romances, que han sido bastantes y algunos sonados. Lo que él ha impedido hasta la fecha es que se sepa quién es la madre de sus dos mellizos, nacidos en 2010. Como es natural, está en su derecho y no seremos nosotros quienes no lo tengamos en cuenta aunque informemos cuanto sabemos, poco, sobre las circunstancias de ese embarazo. Con el mayor de los respetos como siempre hacemos en casos parecidos.
Rafael Hugo Fernández Silva es el doble nombre y apellidos que podrían corresponder a un personaje de aristocrática familia, que no es así, pues procede de un hogar modesto situado entre las barriadas madrileñas de San Blas limitando con la de Canillejas, zona en tiempos algo conflictiva pues allí se localizaban algunas mafias que trapicheaban con la droga. Huyendo de esos ambientes fue creciendo el futuro actor. Su madre lo alentó en tales sueños para convertirse en uno de los galanes españoles más deseados, "sexy", "tío macizo" que le decían ellas a su paso por las calles del barrio.
Para no vivir sólo de ilusiones, Hugo siguió unos cursos de electricidad. Pero su afición al cine lo llevó a colarse en algunos rodajes. Y así pudo ser también figurante en Crónicas marcianas. Resulta que este programa se emitía desde Barcelona, adonde tuvo que desplazarse tras pedirle permiso a su jefe, en la empresa madrileña donde había comenzado a trabajar, con la excusa de un compromiso familiar. Pero fue pillado en esa mentira: el jefe lo identificó una noche que veía la televisión y al regreso de su experiencia televisiva, Hugo fue despedido sin contemplaciones. Y allí fue cuando se empeñó en seguir adelante con sus ganas de ser no sólo actor, sino también cantante. Formó parte del grupo musical Inordem, recibiendo entre tanto lecciones de canto, guitarra y arte dramático.
Transcurría el año 2002 que es cuando consiguió un papel en la serie Al salir de clase, que la cadena Telecinco emitió durante tres temporadas. Allí despegó como futura estrella de la pequeña pantalla, al mismo tiempo que se "colaba" por Olivia Molina, que fue, tras algunos otros roces con jovencitas, su primer amor de juventud… que no sería el definitivo, como podía suponerse. Ya que en otra serie posterior, la que lo convirtió en un rostro popularísimo, Los hombres de Paco, donde ejercía de policía, Lucas Fernández, "flipó" al intimar con Kira Miró, ex de Macaco. Y se enrollaron una buena temporada.
Hugo Silva podía haber enamorado a cientos de mujeres. Porque es admirado como galán y se ha ganado a pulso un ingente número de "fans". Pero siempre ha preferido "ligar" con algunas de sus compañeras de trabajo. Fueron después los casos de Silvia Marty, con quien trabajó en El hombre de arena. En 2011 conoció a la que tal vez, por entonces, fue la mujer que más le hizo "tilín", Hiba Abouk, cuando rodaban El corazón del océano, serie de Antena 3, con exteriores en Colombia. Una pareja que discutía a menudo, que pasó por fases de pasiones y rupturas, con reconciliaciones que aprovechaba la prensa del corazón para convertirlos en pareja de moda. Hiba pasó también por el reparto de El Príncipe, otra serie donde todo se lidiaba entre dos galanes en la cumbre. Pero, con respecto a Hiba Abouk todo se rompió cuando Hugo conoció a una periodista y actriz, copresentadora del programa de El Gran Wyoming El intermedio, llamada Mary Ruiz. Dos años duró esa relación.
Todo seductor va ampliando sucesivamente su agenda de números de teléfonos femeninos y Hugo Silva no iba a ser una excepción. Llegado 2016 anotó en ella el de Marta Guerras, su compañera en El Ministerio del tiempo, serie de gran audiencia en la que Hugo incorporó el papel de Al Pacino. Marta continúa siendo su compañera en la vida real, guapa actriz que compartió cartelera teatral con Lolita en La fuerza del cariño.
Entremedias de esa condensada biografía amorosa de Hugo Silva acaeció un importante suceso: se convirtió en padre, un deseo que albergaba desde hacía tiempo, pero sin comprometerse seriamente, es decir sin papeles por medio de casamiento con ninguna mujer. Fue el año 2010 cuando nacieron Darío y Diego, los dos mellizos del actor. La noticia tardó en saberse, mas al publicarse hizo maldita gracia al actor. Eso sí: mantuvo un muro de absoluto silencio para que no se supiera cómo habían llegado al mundo esos dos bebés. Fruto de inseminación artificial con una amiga suya de la infancia, cuya identidad es desconocida por expresa decisión de ambos. Insistimos en el respeto que algo tan serio y trascendente nos merece. Y ahí debe quedar sellada la información al respecto. A la que brevemente añadimos el dato de que no hace mucho Hugo dirigió un cortometraje, en el que apareció uno de esos mellizos, Darío, que parece tener una gran sensibilidad artística, pues además está muy dotado para el dibujo.
Por lo demás, añadiremos que Hugo Silva no para de trabajar en estos tiempos tan complicados, escaso de oportunidades para centenares de sus colegas, que no dan un palo al agua obligados por la suspensión de tantos rodajes o producciones teatrales. Hugo Silva acaba de estrenar, a partir del pasado 21 de febrero, la serie titulada La cocinera de Castamar, con argumento de ficción ambientado en el siglo XVIII, de la factoría Atresmedia, con un reparto que encabezado por Hugo Silva lo une artísticamente con la muy fotogénica y encantadora Michelle Jenner (fue Isabel la Católica temporadas atrás en la pequeña pantalla) su antigua compañera en "Los hombres de Paco".
Hugo Silva, con ese aire canalla y su metro y ochenta y cinco centímetros de estatura, seguirá rompiendo corazones. Vigilado por Marta Guerras, no sea que el galán se desmande...