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Natalia Verbeke alcanza el estado de gracia tras su decepción más terrible

Natalia Verbeke ha conseguido la estabilidad familiar con su actual pareja y una niña de cuatro años.

Natalia Verbeke ha conseguido la estabilidad familiar con su actual pareja y una niña de cuatro años.
Natalia Verbeke | Gtres

Natalia Verbeke ha celebrado los cuarenta y seis años este 23 de febrero cuando disfruta de la felicidad con su actual pareja, el jugador argentino de rugby e ingeniero industrial Marcos Poggi, padres de una niña de cuatro años llamada Chiara. Hasta conocer a su compatriota, Natalia no había hallado una estabilidad sentimental como ahora. Vivió cuatro rupturas amorosas que le ocasionaron no pocas decepciones. Se le ve estos días muy guapa, más segura de sí misma. Tiene trabajo, va todos los días, si no se lo impide su jornada laboral, a llevar a la niña al colegio, se preocupa por su forma física yendo a un gimnasio donde vigila su cuerpo… Es otra Natalia Verbeke, más ilusionada que nunca.

Nacida en un pueblo cercano a Buenos Aires, llegó a Madrid con su familia contando once años. Decidida a ser actriz cursó estudios en varias escuelas de arte dramático. Curiosamente también se interesó por el baile flamenco, recibiendo lecciones al respecto. Esa pasión por la danza la ha llevado a desear ser protagonista alguna vez de una comedia musical, cuando en estos últimos años han proliferado ya bastantes espectáculos, en otro tiempo ausentes de la cartelera madrileña.

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Con Marcos Poggi | Archivo

Desde que en 2002 interviniera en el reparto de Al otro lado de la cama, Natalia Verbeke se hizo familiar en las carteleras cinematográficas: amplia es hasta el presente su filmografía, que ha sabido hacer compatible asimismo con bastantes series de televisión, las últimas El nudo, recientemente programada en Antena 3, y Todos mienten, de próxima emisión. Pero llevaba tres años alejada de las pantallas, más dedicada al teatro, donde también ha destacado por su quehacer interpretativo. Una actriz todoterreno con una magia especial cuando nos mira coon unos ojos deslumbrantes, algo pícaros, y la sonrisa sensual que cautiva en sus películas. Lo mismo se luce en la comedia que en papeles de intriga y acción.

Es una mujer dulce, que de no haberse dedicado al mundo artístico confiesa que le hubiera atraído ser perfumista. Delicada, muy femenina, Natalia Verbeke enamoró a cuatro hombres, que al final no supieron o no quisieron seguir a su lado, o al revés, que en las historias de amor nunca se sabe de quién fue la culpa de una ruptura, por lo común de los dos. En 2003 un seductor nato como el hijo de la recordada Pilar Miró, Gonzalo, la sumó a su larga lista de conquistas. Acabada aquella unión, en 2005 se fue a vivir durante cinco años con el torero madrileño Miguel Abellán. Un matador de toros al que le faltó un peldaño para alcanzar la gloria de primera figura, muy castigado en los ruedos. Se quisieron mucho pero convivir al lado de quien está a todas horas soñando faenas en la plaza y jugándose la vida, no es fácil. Total, que lo dejaron, quedando buenos amigos.

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Con Gonzalo de Castro | Archivo

Parece que entre medias, en un intermedio de su relación taurina, tuvo un roneo con el actor Ernesto Sevilla, y no funcionó la cosa. En cambio en 2010 sí que se entendió Natalia muy bien con su colega Gonzalo de Castro, al que conoció en la serie "Doctor Mateo". Tres años les duró la pasión y el entendimiento. Porque en 2013 la actriz quedó encandilada con un chef, Jaime Renero, quien además de seducirla con su arte en los fogones, asimismo supo proponerle en el mismo año celebrar una boda por todo lo alto. Y él se encargó de que el enlace, en tierras malagueñas, apareciera en las páginas de una revista del color, supuestamente en exclusiva, a cambio de obtener un cuarto de millón de euros. O eso es lo que se malició la novia, pues parece que él, de ser verdad ese rumor, no se lo había notificado. El caso es que en vísperas de la ceremonia nupcial el bodorrio quedó deshecho. Algunos invitados, de los muchos que fueron convocados, ya tenían hechas las maletas, comprados o alquilados los esmóquines y ellas, desilusionadas con sus tules y gasas colgadas en el ropero. Escenas que hemos contemplado en más de una película con visos de vodevil. ¿Qué les pasó? Se cruzaron acusaciones y él no tuvo buen tacto precisamente al atacarla diciendo que se pasaba muchas noches en las discotecas empinando el codo. Poco caballeroso. Otra desilusión más para Natalia Verbeke. Se desquitó un año más tarde, en 2015, al conocer a Marcos Poggi, un hombretón… ¡Qué digo! Si parece un armario, no en vano es una figura del rugby...Con él se siente amén de protegida, amada.

Aún no se han pronunciado sobre la boda. Acaso ella recuerda sus preparativos con el mentado chef y prefiere, por el momento, seguir como está. Avisada queda.

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