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Las "aterradoras" llamadas que recibió Raquel Mosquera tras la muerte de Pedro Carrasco

Así lo aseguró la peluquera en unas memorias que publicó en la revista Semana donde narró lo que sufrió tras la muerte de su marido Pedro Carrasco.

Así lo aseguró la peluquera en unas memorias que publicó en la revista Semana donde narró lo que sufrió tras la muerte de su marido Pedro Carrasco.
Pedro Carrasco y Raquel Mosquera | Gtres

El pasado domingo, Raquel Mosquera rompió su silencio y utilizó sus redes sociales para desmentir con un rotundo comunicado todo lo que se está diciendo públicamente de ella y de su marido Pedro Carrasco a raíz de la emisión del último capítulo de la docuserie protagonizada por Rocío Carrasco.

En el escrito compartido junto a una foto del boxeador, la peluquera acusa a Rocío de mentir gravemente: "Es indignante y de una gravedad extrema. Manchar con mentiras la memoria de una persona ya fallecida, y aún más cuando no se puede defender, siendo una persona pública tan querida como fue mi marido. Prometo y juro de todo corazón, por mis hijos, las personitas que más quiero en este mundo, que lo que dije, y me reitero, es la auténtica y única verdad", escribió.

Aunque asegura que no pretende dar más declaraciones ni pronunciarse sobre las acusaciones vertidas sobre ella, sí que lo hizo en el año 2016, en unas memorias publicadas en la revista Semana y que la publicación ha recuperado. En ellas, Raquel recordó cómo fueron los últimos días de vida de Pedro Carrasco y lo que ocurrió tras su muerte. "Por las noches recibía unas llamadas inquietantes: nadie respondía, solo se escuchaba una respiración. Era aterrador. Desde luego no era lo más conveniente para mí y lo denuncié en comisaria, pero las llamadas se cortaban antes de poder localizarlas. Ignoro quién las haría, si sería alguien que quisiera crearme inquietud y confieso que llegó a conseguirlo, dado como yo me encontraba, psicológicamente frágil y en tratamiento", narró Raquel sobre los días posteriores a la muerte de su marido, cuando aún residía en el piso que compartían en el Paseo de Habana de Madrid.

Estas llamadas precipitaron su salida del domicilio: "Era como cortar mi vida con Pedro". A pesar de que había acordado un usufructo de la casa de seis años cuando, según su versión, le correspondían 16.

Raquel compró un chalet y abandonó el piso, que quedaba libre para que su dueña, Rocío Carrasco, hiciera uso de él. Aunque la hija de Rocío Jurado le dijo que su intención era que se lo quedaran sus hijos, Rocío y David, a los pocos meses lo vendió. "Me sentí como una auténtica idiota y me cogí una rabieta porque llegué a creer que lo quería para ellos".

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