Kiko Hernández ha cambiado de casa. Tal y como revela Diez Minutos, lo ha hecho no por capricho sino por motivos de salud. Kiko sufre artritis psoriásica, una enfermedad degenerativa que ataca a las articulaciones y que, por tanto, hace mucho más difícil subir escaleras.
Su anterior casa, un gran chalet de cuatro plantas al que se mudó tras recibir a sus dos hijas, provocaba precisamente que hubiera que subir a menudo, causando dolores y acusando las limitaciones de movilidad que le produce a Kiko esa condición.
Tanto es así que en ocasiones Kiko ha aparecido en Sálvame portando guantes que mitigan el dolor en las manos provocados por esta artritis.
Ahora, el colaborador se ha mudado a un chalet de una sola planta pero una gran extensión de 700 metros cuadrados. Dispone de piscina cubierta y más de 3.000 metros cuadrados de parcela llana. En total, ha costado 2,5 millones de euros al ocasional presentador de Sálvame.
La publicación muestra los cinco camiones de mudanza que le hicieron falta a Kiko para trasladar todas sus pertenencias y las de sus dos hijas de cuatro años, Abril y Jimena.
Kiko, además, ha recibido otra buena noticia estos días. Ha ganado una demanda interpuesta por el exrepresentante de Belén Esteban, Toño Sanchís, que ha sido condenado a pagar unas costas de 15.000 euros. Éste le reclamada nada menos que 90.000 euros pero también que pagara durante dos semanas un espacio en un periódico de tirada nacional para pedirle perdón todos los días.