José Andrés es el cocinero más famoso en los Estados Unidos. Un asturiano de Mieres que ha cumplido cincuenta y dos años el pasado 13 de julio, al que han galardonado con el premio Príncesa de Asturias de la Concordia. Sus méritos: estar al frente de la organización benéfica World Central Kitchen a través de la cual presta una extraordinaria ayuda en las catástrofes y ahora con la pandemia, favoreciendo a quienes no tienen hogar y pasan hambre. Miles bolsas de comida han salido para ellos de sus restaurantes. Está casado, es padre de tres hijas, viven en Washington. Un personaje singular al que por la calle, bien en Estados Unidos o si viene a España, es objeto del reconocimiento popular.
José Ramón Andrés Puerta dejó su Mieres natal a los cuatro años cuando su familia se estableció en Barcelona. Allí, con doce años ya cocinaba para todos los suyos. Fue ayudante destacado en El Bulli, cuyo aprendizaje le permitió afincarse a los veintiún años en los Estados Unidos. Primero en Nueva York, fue cocinero en varios restaurantes de cocina catalana. Luego se independizó, ya en Washington. En la actualidad regenta veinte restaurantes. Fue el primero en introducir el tapeo entre su clientela. Varios Presidentes norteamericanos gozaron de sus recetas culinarias, en especial Obama, de quien fue asesor en las cocinas de la Casa Blanca. Con quien todavía mantiene un contencioso es con Trump, desde que éste se empeñó en su política de aislamiento y expulsión de los emigrantes hispanos.
Al margen de su quehacer en los fogones queda dicho que su organización benéfica en pro de los menos desfavorecidos le ha reportado, además de varios premios, la consideración de instituciones y ciudadanos alabando su labor filantrópica, como la realizada cuando el terremoto de Haití, el huracán "María" que devastó Puerto Rico o su ayuda constante desde la aparición del Covid 19. Han sido, como decíamos líneas atrás, toneladas de alimentos lo que la World Central Kitchen que él preside y sufraga las que ha puesto al servicio de los más pobres y desahuciados. Prueba de su notoriedad es que la destacada revista Time le dedicó una portada a José Andrés.
Detrás de José Ramón, una mujer importante en su vida: la gaditana Patricia Fernández de la Cruz, "Tichi" en la intimidad, su esposa desde que contrajeron matrimonio civil en Washington en septiembre de 1995 y luego en España en ceremonia religiosa entre familiares y amigos. Patricia había viajado a los Estados Unidos porque tenía un tío empleado en la Embajada española. Su intención era quedarse medio año y aprender el inglés. Fue en Maryland cuando entabló amistad con José Ramón, al que se conoce más desde luego como José Andrés. Con el carácter abierto y alegre del cocinero y el no menos simpático de la gaditana "Tichi" fue fácil que pasaran buenos ratos durante el año y medio transcurrido hasta llegada la hora de sus esponsales. Han tenido tres hijas, Carlota, Inés y Lucía, de veintidós, veinte y diecisiete años, respectivamente, que ayudan al padre el negocio.
Sin embargo, la mujer, "Tichi", confiesa que no sabe cocinar. José Andrés respeta esa circunstancia, porque dice que ella es el apoyo que necesitaba para sus empresas, sin importarle que no se meta en la cocina. Ella lo piropea así: "Mi marido es la sal de mi vida". Tienen su casa en Bethesda, muy cerca de Washington, el centro de sus negocios. Eligieron ese lugar porque allí han estudiado sus hijas en una institución católica de gran reputación. Siempre le ha preocupado al matrimonio que sus retoños mantengan unos valores de servicio a los demás. Y José Andrés y Patricia les sirven como inmejorables ejemplos.