Completamente al margen del foco mediático tras su controvertida victoria en Supervivientes, Olga Moreno intenta retomar la normalidad y, centrada en la tienda de ropa que posee en Málaga, Ole & Amen, ha hecho frente a las últimas polémicas relacionadas con Rocío Carrasco.
Y es que ante el inminente estreno de la segunda temporada de su docuserie, En el nombre de Rocío, no cesan de salir informaciones que han puesto la crónica rosa patas arriba. Además del reciente ingreso hospitalario de Amador Mohedano —tras haber salido a la luz que podría haberle dicho a María Patiño que Ortega Cano le daba mala vida a Rocío Jurado— en los últimos días hemos sabido que el torero y Gloria Camila van a pedir medidas cautelares por lo que Rocío Carrasco podría contar sobre el matrimonio de su madre con el diestro en su documental. Una Gloria que, según algunos, estaría más cerca de su hermana y más alejada de Rocío Flores, ya que tras haber visto el desgarrador testimonio de la mujer de Fidel Albiac habría cambiado completamente de opinión respecto a su sobrina y a Antonio David Flores.
Olga Moreno, volcada en su negocio de moda, ha desmentido su fichaje como colaboradora por ningún programa de televisión de Mediaset. "Trabajando estoy", asegura la ganadora de Supervivientes, confesando que está "todo bien", pero evitando pronunciarse sobre las últimas noticias relacionadas con el mediático clan. "No voy a contestar a nada, lo siento. Pregunta lo que quieras, es tu trabajo, pero no voy a contestar", señala tajante y demostrando que prefiere mantenerse al margen de la polémica.
Así, Olga calla ante las preguntas relacionadas con la salud de Amador Mohedano, con la realidad del matrimonio de Rocío Jurado y Ortega Cano y con las medidas cautelares que va a pedir el diestro para impedir que Rocío Carrasco vulnere su honor y su intimidad con la nueva entrega de su serie documental.
Eso sí, es ante las preguntas sobre la relación de Rocío Flores y Gloria Camila cuando, intentando que el viento no le levante la falda, Olga no puede evitar que se le escape una mirada de extrañeza con la que deja caer que las cosas entre tía y sobrina están igual de bien que siempre.