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La atormentada vida de Aretha Franklin, la reina del soul que fue madre a los 12 años

Aretha Franklin, la reina del Soul, tuvo una vida atormentada y ni siquiera el éxito logró liberarla del vicio de la bebida.

Aretha Franklin, la reina del Soul, tuvo una vida atormentada y ni siquiera el éxito logró liberarla del vicio de la bebida.
Aretha Franklin. | Cordon Press

Se estrena el 24 de septiembre la película Respect, basada en la vida de quien fue considerada con todos los honores Lady Soul, o también la Reina del Soul: Aretha Franklin. La también cantante y actriz Jennifer Hudson es quien da vida a la recordada intérprete de color, que murió hace tres años, el 16 de agosto de 2018. Tuvo una vida atormentada y ni siquiera el éxito mundial que obtuvo con sus canciones pudo liberarla al final de su existencia, cuando cayó en el vicio de la bebida, convirtiéndose en una diva insoportable, que a veces incumplía muchos contratos. Se ha dicho que todos los dramas que padeció los olvidaba en el escenario, en donde con su portentosa voz emocionaba a la audiencia.

Nació en Memphis en 1942. Su padre era el reverendo Clarence LeVaughn Franklin, de la iglesia baptista y su madre, Bárbara Sigman, una extraordinaria cantante. Un matrimonio roto cuando Aretha tenía sólo seis años. Curiosa pareja teniendo en cuenta que el cabeza de familia era predicador y dejó embarazada a una adolescente de su parroquia. Se le tenía considerado un seductor, que se encamaba con muchas de sus feligresas. La madre tampoco era manca, pues antes de casarse también quedó preñada de otro hombre. Antecedentes que sin duda marcaron ya la infancia de la futura diva del soul, el R&B y el góspel. Hay más: al separarse de su marido, el reverendo, la madre se fue con su hijo que tuvo de soltera, dejando al padre con los hijos que nacieron en su matrimonio. En ese ambiente, Aretha se desenvolvió sin el cariño materno y con un padre del que ya hemos referido su afición a ir tras las primeras faldas que se le ponían a tiro.

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Imagen de la película Respect | Cordon Press

No es extraño por tanto que a los doce años Aretha acudiera a un hotel de la mano del conocido cantante Sam Cooke, que por lo visto fue el primero en acostarse con ella. Después, con esa edad, no nos extraña ya que fuera madre, de un niño al que llamó como su propio padre, Clarence, y que llevó sus apellidos de niña naturalmente soltera. ¿Quién era el padre de la criatura? Un compañero de la escuela llamado Donald Burk, cuyo nombre ocultó Aretha mientras pudo. Dos años después reincidía en la prematura maternidad, con otro varón al que registró con el nombre de Edward. El padre esta vez era Edward Jordan que, como el anterior nada quiso saber del recién nacido. Esos dos bebés fueron criados en realidad por la abuela de Aretha y una hermana, porque la jovencita mamá se iba a cantar con el coro de góspel de su padre.

Ya desde niña Aretha Franklin se acostumbró a tener en su casa, invitados por el reverendo Clarence, su progenitor, a figuras como Nat King Cole y Ella Fitzgerald, y ante ellos, el padre le hacía cantar con sus pocos años y ya sorprendía por su voz. Y así transcurrió su juventud. Tenía diecinueve años cuando un chulo se enamoró de ella. También negro. Fue su representante, además de marido. Le pegaba unas palizas de campeonato. Su nombre, Ted White. Aretha aguantó con él desde 1961 hasta 1969. Tuvieron un niño, Teddy Richards. Hasta que ya no pudo más, lo denunció y logró el divorcio alegando violencia doméstica. Ya no tuvo otras relaciones conocidas hasta que conoció al actor Glynn Turman y se casaron en 1978. Seis años les duró la convivencia. Con el director de sus giras, Ken Cunningham, Aretha tuvo otro hijo, Kecalf. De los cuatro, dos de ellos son músicos.

Aretha Franklin recorrió medio mundo hasta que le tomó miedo a viajar en avión, lo que le supuso reducir sus contratos a los Estados Unidos. Recuerdo su actuación en España el 14 de julio de 1970, en el Festival de Benidorm. No he olvidado la fecha pues me desplacé desde San Sebastián, recién clausurado su festival de cine, a la ciudad alicantina, en coche, una madrugada en la que las emisoras de radio dedicaron su programación a Luís Mariano, que acababa de fallecer. En Benidorm, Aretha estuvo extraordinaria y aunque no le hizo mucha gracia por afectarle a su frondoso peinado, tuvo que aceptar la invitación de un espectador para colocarse un sombrero cordobés.

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Aretha Franklin | Cordon Press

Probablemente la canción más representativa de Aretha Franklin sea "Respect" (como el título de la película que anunciábamos al principio). La compuso Otis Redding. Ella alteró algo la letra para interpretarla desde el ángulo femenino. Otros éxitos suyos fueron "I Say a Little Prayer", "Call me", "Bridge over troubled water"(el éxito de Simon & Garfunkel), "Chain of fools"… Al parecer John Lennon y Paul McCartney le ofrecieron que estrenara "Let it be", pero ella no quiso. Aretha Franklin reinó musicalmente en unos años donde otras voces negras trataron de quitarle su cetro, como Roberta Flack. Sin conseguirlo, por supuesto. Tiempos en los que en su ciudad, Memphis, surgían nuevas promesas del soul y el góspel, y una casa de discos, Motown, las daba a conocer mundialmente. Ike y Tina Turner fueron una pareja triunfadora, y hay quien encuentra semejanza en las vidas personales de este matrimonio y Aretha, porque Ike maltrató a Tina hasta que se separaron, y Aretha también, como queda dicho, conoció la desdicha en su hogar. No fue la única en padecer a un proxeneta, pues otras divas como Billy Hollyday asimismo pasaron por el aro: era habitual que chulos de medio pelo pero grandes como un armario vivieran a costa de ellas.

Aretha cayó en el alcoholismo cuando su fama iba decayendo. Su carácter se volvió despótico, imprevisible, llegando a anular muchos contratos, o simplemente a no aparecer allí donde la anunciaban. Fue una pena que su final fuera desgraciado, teniendo en cuenta que en sus años de gloria Aretha Franklin significó mucho en la música negra y era una de las grandes en la que se fijaba, por ejemplo, Barbra Streisand. También fue una luz para la mayoría negra a la que se le negaba sus más elementales derechos en los Estados Unidos. Fue Aretha Franklin defensora de los derechos raciales y los de las mujeres supeditadas a los hombres.

Su muerte se produjo a consecuencia de un cáncer de pancreas en su casa de Michigan el 16 de agosto de 2018, hace ahora justamente tres años.

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