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Renée Zellweger confía en que su novio le haga olvidar todas sus desgracias

A pesar de esos éxitos, sufrió una grave depresión. Culpa del voluble mundo del cine. Pero también a causa de su mala suerte con sus parejas.

A pesar de esos éxitos, sufrió una grave depresión. Culpa del voluble mundo del cine. Pero también a causa de su mala suerte con sus parejas.
Renée Zellweger y Ant Anstead | Gtres

El complicado y raro nombre de Renée Zellweger obedece a que su padre era un ingeniero suizo y su madre, enfermera noruega. Tiene cincuenta y dos años, nació en Texas y para pagarse los estudios de arte dramático tuvo que trabajar como camarera. Lo cual es habitual en Hollywood. Sólo que son muy pocas las que en esas circunstancias llegan a ser estrellas de la pantalla, como Renée, a la que han de recordar por ser la protagonista de las secuelas de Bridget Jones, la periodista desastrosa y solterona; de Cold Mountain, y de Judy. Y a pesar de esos éxitos, sufrió una grave depresión. Culpa del voluble mundo del cine. Pero también a causa de su mala suerte con sus parejas, hasta considerarse una mujer desgraciada en el amor. Ahora está esperanzada con el nuevo novio que ha llegado a su vida.

Físicamente Renée Zellweger no se parece a Judy Garland, que era entre otras cosas bajita, con unos rasgos en su rostro que los maquilladores de aquella hubieron de emplearse a fondo durante el rodaje: al menos la protagonista hubo de someterse a una sesión diaria que duraba como mínimo un par de horas. Por si fuera poco tenía que cantar y Renée confesaba al director del filme que era una faceta para ella difícil, aunque ya en Chicago demostró que se defendía muy bien y además, bailaba. Una emoción especial le supuso grabar las canciones de Judy en Abbey Road, los estudios londinenses de sus admirados Beatles. Francamente, el reto de Renée Zellweger lo afrontó con entusiasmo y profesionalidad, saliendo airosa. No es casualidad que tenga en su haber un cuarto Globo de Oro en su carrera, un Oscar por esta película, un premio Bafta y otro del Sindicato de Actores. Judy Garland, estrella legendaria del pasado, volvió a la memoria de los cinéfilos gracias a Renée Zellweger.

Desgraciada vida la de Judy Garland que Renée Zellweger consiguió interpretar con el mayor verismo. También en la de Renée hay ángulos oscuros que ella prefirió en su momento eludir a la curiosidad pública, como cuando permaneció seis años apartada de su profesión, sin dar razones del por qué.

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La actriz interpretó a Judy Garland

Estudió Ciencias de la Comunicación y de una manera poco apasionada siguió unos cursos de interpretación, punto de arranque de su entrada en el cine. Era 1996 cuando estrenó Jerry Maguire junto a Tom Cruise. El diario de Bridget Jones, en 2001, le proporcionó gran popularidad y la saga posterior. Chicago, al año siguiente, la convirtió en estrella de un gran musical. Incomprensiblemente, cuando gozaba del éxito, optó por retirarse. Ya queda dicho que durante seis años estuvo poco menos que desaparecida. Tardó en reaparecer y contar por qué se fue y a qué se dedicó. Explicó que estaba aburrida de su profesión. Pasó ese tiempo sin cuidarse físicamente. Una época oscura como la calificó ella misma. "Necesitaba estar ignorada por la gente", subrayó. Parte de su tiempo lo invirtió en estar con su familia, en colaborar con organizaciones benéficas, incluso en viajar a Liberia, integrándose en un programa de alfabetización para jóvenes mujeres. Atravesaba una depresión de la que le costó salir adelante.

Como su personaje de Bridget Jones había calado en sus seguidores la convencieron para volver, con un título llamado El bebé de Bridget Jones. En esa reaparición tuvo que someterse a una reconstrucción de su rostro, le operaron los ojos, recuperó su peso, y así llegó a la actualidad con ese incontestable éxito de Judy que le valió, queda dicho, un Oscar. Ya tuvo otro como mejor actriz de reparto por su papel en Cold Mountain.

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Renée Zellweger en 'Chicago'

¿Y cómo ha sido la vida amorosa de Renée Zellweger? Pues también a tono de su guadianesca carrera de actriz: con altibajos. Desencantada de sus relaciones sentimentales. Jim Carrey ha publicado en un libro de memorias aparecido hace un par de años donde cuenta que la sigue recordando porque "fue muy especial para mí ". Se habían conocido rodando Yo, yo mismo e Irene. Dos décadas después ha lamentado haber sólo vivido un año a su lado, en 1999. Iban a casarse. Jim le regaló nada menos que un anillo que le costó sesenta mil dólares. Y a punto de celebrar la boda se dijeron adiós. Nadie salvo ellos supo por qué.

Cuando lo dejaron, René mantuvo un par de años otro romance con el músico Jack White. Fue después cuando cometió el gran error de su vida al casarse con otro músico, el cantante de country Kenny Chesney. Matrimonio que duró únicamente cinco meses, y que ella calificó como un fraude, sin entrar en detalles. Se supo que el marido era homosexual. Se equivocó asimismo en posteriores aventuras sentimentales con los actores George Clooney y Bradley Cooper, el músico Damian Rice, el director Josh Pate, un húngaro llamado André Balasz y el guitarrista y cantante Doyle Bramhall II, del que se separó pronto, hace un año.

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Renée Zellweger es una actriz brillante. Ha tenido que someterse varias veces a cambios físicos por exigencias de sus personajes. En 2014, por ejemplo, pasó por una clínica de cirugía estética, sometida al clásico bótox y a una blefaroplastia, que consiste en eliminar la piel sobrante de los párpados. Resulta también que el personaje de Bridget Jones, que tanta repercusión tuvo y le proporcionó con sus secuelas una popularidad internacional, la obligó a engordar unos kilos. En 2015 aparecía envejecida. Fue cuando se retiró esa larga temporada, alejada de la pantalla, deprimida por tantos cambios como le suponía ejercer continuamente de estrella. Gracias al papel de Judy recobró la confianza en sí misma, aun teniendo que someterse también a la adecuación de su físico con el de la legendaria actriz-cantante.

Sus fracasos sentimentales la convirtieron un tiempo en una mujer indecisa, insegura a la hora de conocer a nuevos acompañantes. Desconfiando siempre de ellos. Hasta que este verano ha llegado a su vida Ant Anstead, presentador de un programa de éxito en la televisión, Joyas sobre ruedas. Por ahora no se han manifestado sobre su futuro, pero de momento, Renée Zellweger está ilusionada. Por lo menos sabe que que el tal Ant no es gay como quien fue el único marido de su vida durante cinco meses. Algo es algo.

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