Este jueves Tamara Falcó acudió a El Hormiguero en calidad no de colaboradora, sino de invitada, tras haber acabado sus estudios de cocina en la escuela Le Cordon Bleu.
La marquesa de Griñón habló de su madre, Isabel Preysler, que "sería la perfecta jefa de sala", y algunos de sus secretos en casa, como que tiene "una habitación solo para vajillas".
Pero fue la intervención de la pareja de la marquesa de Griñón, Íñigo Onieva, lo que llamó verdaderamente la atención. Íñigo acompañó a su pareja al programa de Pablo Motos, pero ni ella misma se esperaba el gesto que tuvo desde las gradas, donde miraba la intervención de Tamara.
Íñigo se atrevió a dibujar un corazón con las manos ante la atenta mirada de todos, borrando de un plumazo los rumores de crisis que asoman periódicamente sobre la relación debido, principalmente, al carácter excesivamente abierto de Íñigo con otras mujeres.
El gesto de amor conmovió a Tamara y se convirtió en lo más recordado de todo El Hormiguero, revelando que a Íñigo no le importa para nada que se especule con la relación.