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Nacho Cano: Penélope Cruz y otras mujeres de su vida

Nacho Cano ha desarrollado una carrera musical de gran riqueza, pero rica también ha sido su vida sentimental.

Nacho Cano ha desarrollado una carrera musical de gran riqueza, pero rica también ha sido su vida sentimental.
Nacho Cano y Penélope Cruz | Gtres

Los componentes del trío Mecano disuelto en 1998 han desarrollado cada uno su vida sin reaparecer ya nunca más, aunque estuvieron a punto de hacerlo por las presiones recibidas. José María Cano era el más reacio y se ha dedicado más a la pintura que a la música en los últimos años en su caserón londinense; Ana Torroja ha seguido cantando; en cuanto a Nacho se radicó en Miami, luego en México, quiere ahora construir un teatro en Madrid y ha llevado una existencia pródiga en amores, procurando que no trascendieran de su ámbito privado.

Ignacio (Nacho) Cano Andrés cuenta en la actualidad cincuenta y ocho años. Considerado como uno de los más celebrados compositores de música pop. En el trío unas veces firmaba las canciones su hermano José María y otras, él. Rara vez ambos. Con citar algunos de los títulos de su cosecha, está dicho todo: "Hoy no me puedo levantar", "Me colé en una fiesta", "Maquillaje", "La fuerza del destino", "Barco a Venus"… Proporcionó a otros artistas temas propios.

La intensa actividad musical creativa de Nacho Cano no le apartó de vivir historias sentimentales desde muy joven. Él mismo ha reconocido haber tenido bastantes experiencias. De ellas, tres son las que más le han llegado al corazón. La primera, en los años 80, con Coloma Fernández Armero. Tiempos de la movida madrileña en los que ella era para él mucho más que una fuente de inspiración. El día que se conocieron fue un 7 de septiembre. Con ese mismo título le dedicó una de sus canciones. Tres años más o menos les duró su convivencia en aquellos divertidos años 80.

Después vino Penélope Cruz, a la que había conocido cuando la seleccionó entre un grupo de jóvenes para que apareciera en el vídeo de la canción "La fuerza del destino". Entonces, la hoy estrella en Hollywood, contaba sólo catorce años. Nacho había cumplido los veinticinco. Más adelante es cuando se enamoraron. Ella acababa de rodar Jamón, jamón junto al que andando el tiempo sería su marido, Javier Bardem. Era frecuente que Penélope acudiera a los conciertos de Mecano, como una "fan" más. Nacho ya "le hacía tilín" y lo llamaba por teléfono muy a menudo. Hasta que se fueron a vivir juntos bien al piso de Nacho en Madrid o a los otros dos que tuvo, en Ámsterdam y en Nueva York. Hay versiones distintas sobre cuánto tiempo estuvieron juntos ella y Nacho Cano. Nos inclinamos lógicamente por la propia confesión de Nacho, que recordaba fueron tres años los de su gran romance. Eran ya los años 90. Viajaron a Nueva York, donde se instalaron una temporada. En el mismo edificio alquiló otro apartamento Ana Torroja. Entonces, ésta y Nacho estuvieron también muy unidos.

Penélope fue para Nacho su amor más importante. Le dedicó su álbum "Un mundo separado por el mismo Dios". Que lleva en su interior y en el folleto que lo acompañaba fotografías realizadas por la actriz durante el tiempo que estuvieron juntos en Nueva York.

Nacho Cano estuvo en esos años 90 y siguientes muy interesado por la práctica del yoga y la corriente budista. A Penélope la introdujo en el campo de ambas actividades. Y además, convirtió a la actriz en vegetariana. Ninguno de los dos quería comprometerse sentimentalmente más de lo debido; en una palabra, nunca hablaron de casarse. Hasta que llegó un momento en el que se separaron. Eso sí: como excelentes amigos que siempre mantuvieron esa línea de mutua empatía.

Escrutar ahora las razones de aquella ruptura no va a llevarnos a nada concreto. Penélope soñaba con triunfar en los Estados Unidos y, a base de esfuerzo, lo ha conseguido. Tuvo varios amores con actores norteamericanos de relieve, empezando por Tom Cruise. Entre tanto, Nacho Cano no perdía el tiempo y se relacionaba con otras chicas. Aunque Penélope fue quien más huella dejó en su corazón y en su memoria. Hasta que llegó a su vida la periodista Cristina Arámbarri, que es su último amor conocido.

Nunca ha dejado de planear actividades musicales como aquel espectáculo, "Hoy no me puedo levantar", que le trajo problemas pero también una buena compensación económica. Como empresario de otros negocios montó en Florida una escuela de yoga por la que pasaron Lady Gaga y Paula Rubio, y una larga y selecta clientela. A lo largo de su vida, Nacho Cano pasó por diversas experiencias nefastas, como el consumo de cocaína. Se hizo adicto a una variada clase de sustancias que lo pusieron al borde de la muerte. Paró, cuando las veinticinco pastillas que ingería lo llevaban directamente a un pozo muy peligroso. Y cortó por lo sano, refugiándose en el yoga. Fue su salvación. Continuó muy interesado en las filosofías orientales. Su salud estuvo un tiempo siendo preocupante: hubo de someterse a dos intervenciones quirúrgicas de estómago y de una hernia en la columna.

A España venía ya poco, mientras desarrollaba sus actividades entre Miami y México. En sus escapadas a Madrid, en seguida dejaba su ciudad natal para irse a Ibiza, donde siempre se encontró muy a gusto. Y en cualquiera de esos lugares no dejaba de lado la música. Su último proyecto es Malinche, una comedia musical en forma de oda a la conquista española de México. Los derechos de ese espectáculo se los compró la productora Netflix, que ya ha dado a conocer un adelanto, con dos personajes históricos: Hernán Cortés y quien fue su colaboradora más estrecha, la que contribuyó a vencer al ejército de los mexicas y luego fue la compañera sentimental del héroe extremeño.

Esa comedia musical, Malinche, Nacho Cano pensó estrenarla en Madrid. Buscó no un teatro comercial sino los terrenos de una zona de la capital, en el distrito de Hortaleza. Hizo las gestiones pertinentes y tanto por parte del Ayuntamiento como de la Comunidad le dieron toda clase de facilidades para llevar a cabo su proyecto: erigir un escenario apropiado para tal aventura teatral. La parcela que le cedió el Ayuntamiento madrileño tiene una dimensión de casi veinte mil metros cuadrados. No sólo en ella podrían estrenarse espectaculares montajes, sino que sería escenario de otros menos ambiciosos destinados al flamenco o a corrientes musicales de actualidad entre la gente joven. Para empezar las gestiones, Nacho Cano cuenta con un millón de euros.

Ocurre que, de momento, ese proyecto está parado. Un grupo de vecinos de la zona se opone a que se lleve a cabo. Y la oposición en la Asamblea de Madrid ha acusado a Nacho Cano de servirse de su amistad con la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Se ha especulado con esa relación porque en el pasado verano ambos coincidieron y disfrutaron de unas vacaciones ibicencas. Todo ello sabiéndose que la líder del PP era pareja del técnico sanitario Alberto González, como se ha corroborado estos días y ya había roto con el estilista de belleza Jairo Alonso. Las imágenes de Nacho Cano arrodillado ante Isabel en el acto en un salón de la Comunidad de Madrid, donde recibía de manos de la Presidenta la medalla de oro de dicha institución, que él le devolvió considerando que es ella la merecedora de ese premio, se divulgaron en las televisiones dejando en el aire la suposición de que entre ambos hay algo más que una simple amistad. Ganas de enredar desde luego de quienes no soportan el liderazgo de la política madrileña.

El caso es que Nacho Cano, años atrás semiolvidado, recobra ahora el interés de los medios de comunicación.

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