La escritora Lucía Etxebarría ha dedicado su última columna en Vozpópuli al inesperado fallecimiento de Verónica Forqué y a los motivos que la llevaron a quitarse la vida. Un escrito en el que hace una feroz reflexión sobre el poder de la televisión, la crueldad de los realities shows y su repercusión en las redes sociales. Y es que, a pesar de que a la actriz se la veía cómoda entre los fogones del talent de cocina de TVE, son muchas voces que relacionan su paso por el concurso, con el agravamiento de su enfermedad.
"Es muy fácil insultar por Internet a una persona que no se encuentra bien, máxime si esa persona es mujer mayor, porque hay una tradición que viene desde la quema de las brujas en nuestra sociedad", dice la escritora en el texto, haciendo referencia las críticas e insultos que recibió Forqué en las redes sociales durante los últimos meses por su comentado paso por Masterchef.
"Lo que todos pudimos ver en directo era una persona que evidentemente estaba pasando por un mal momento, una persona que mostraba todos los síntomas de estar atravesando una crisis. Una persona que mostraba ecolalias, frenesí de ideas, locuacidad inusual, desorganización cognitiva y una enorme agitación. Creo que todos los espectadores nos dábamos cuenta de que Verónica no estaba en su estado normal. Y, finalmente, el propio programa cayó también en la cuenta y decidió hablar con ella y aconsejarle que se fuera a su casa", continúa Etxebarría.
La escritora, que se muestra crítica contra aquellos que ahora han decidido eliminar los insultos que profirieron a la actriz a través de Twitter e Instagram, recuerda su paso el reality Campamento de verano en Telecinco. Un concurso por el fue muy criticada y que le hizo "plantearse el suicidio": "Yo también pensé en hacerlo porque no podía con la situación, pero estoy agradecida porque tengo amigos increíbles y una hija maravillosa que me tendieron la mano. Verónica también tiene una hija maravillosa, pero por la razón que fuera ella no tuvo tanta suerte. No todos respondemos igual a las mismas circunstancias".
Según la escritora, durante su participación en el espacio de Mediaset, presentado por Joaquín Prat, sufrió amenazas y insultos, todo ello sin que nadie del equipo la auxiliara: "No se vio el ataque epiléptico que sufrí y tampoco se vio que nadie, nadie, ninguna persona de entre los responsables del programa, avisó a un médico. No se vio que en privado alguien me pegó, no se vieron los insultos y las amenazas. Tampoco se vio cómo un chico se masturbó delante de mí, entre las risas de los compañeros de cabaña (...) Los espectadores veían a una mujer que no hacía más que llorar, completamente superada por la presión", explica, asegurando que tiene pruebas para demostrar las acusaciones.
Además de ganarse "fama de loca", Lucía asegura que le costó meses recomponerse de aquello: perdió su trabajo en un medio de comunicación y tuvo que enfrentarse a duras críticas en las redes sociales, que seguiría recibiendo a día de hoy. "Tengo la impresión de que Verónica no fue acosada ni maltratada en Masterchef. Pero sí que llegó enferma, y debemos recordar que lo que vemos condensado en una hora de programa en realidad es la edición de muchas imágenes, el escueto resumen de una jornada maratoniana de rodaje que supone muchísimo estrés y presión, algo que no pueden aguantar las personas enfermas. Se nos ofreció en directo, como si fuera un espectáculo divertido, convenientemente montado y editado, el episodio de crisis de una mujer que no se encontraba bien. La turba de Internet vio campo abierto para reírse de ella e insultarla".