Los últimos días han sido especialmente duros tanto para Rocío Flores como para Olga Moreno tras la confirmación de la relación entre Antonio David Flores y Marta Riesco y la reivindicación del ex guardia civil de que se merece luchar por su felicidad y lo está haciendo -a pesar de las críticas- al lado de la reportera.
Intentando sobrellevar lo mejor posible estos complicados momentos, tanto la influencer como la ganadora de Supervivientes pusieron tierra de por medio y, aunque por separado, ambas se refugiaron en Sevilla y en sus seres queridos para olvidar, en la medida de lo posible, su dolor por este duro giro en la situación familiar.
Así, mientras Olga ha pasado unos días en su ciudad natal con sus padres y sus hermanas, Rocío ha disfrutado de un fin de semana de desconexión con su tía Gloria Camila y su prima Rocío Rodríguez -hija de Gloria Mohedano-, tal y como la propia hija de Rocío Carrasco compartió a través de sus redes sociales.
Sin embargo, el domingo tocó volver a la 'realidad' y tanto Olga como Rocío regresaron a Málaga y se reencontraron con Antonio David Flores. Primero fue su hija la que entró al domicilio familiar, muy seria y asegurando que no había visto las declaraciones de su padre pidiendo respeto y asegurando que se merece luchar por su felicidad y rehacer su vida.
Cinco minutos después fue su exmujer la que llegaba a casa, sin poder disimular en su rostro la tensión ante el nuevo cónclave familiar. Era la primera vez que Olga, Rocío y Antonio David se ven desde que tanto ellas como él se hayan pronunciado públicamente sobre la relación del excolaborador y Marta Riesco.
Dos horas duró la 'reunión', tras la que veíamos a Rocío abandonando bien entrada la noche el hogar familiar para poner rumbo al piso que comparte con su novio, Manuel Bedmar. Mucho más tranquila que en días anteriores la nieta de Rocío Jurado ha evitado contarnos cómo ha sido el reencuentro ni cómo están tanto su padre como Olga, ya que la situación no es fácil para ninguno. "No voy a decir nada", ha asegurado.
