Tras la separación matrimonial de Iker Casillas y Sara Carbonero, los rumores sobre la vida amorosa del exportero se sucedieron a un ritmo vertiginoso y no fueron pocas los affaires que se le adjudicaron en diferentes medios de comunicación. Uno de ellos, con una atractiva cantante cordobesa llamada Sara Dénez que los protagonistas, indignados, no tardaron en desmentir públicamente.
Iker, sin embargo, fue más allá y no dudó en emprender acciones legales contra el colaborador José Antonio Avilés por intromisión ilegítima en el honor y la intimidad al relacionarle con esta chica. El colaborador aportó en Viva la vida audios que, presuntamente, le había enviado el exfutbolista confirmando la relación. Se trata de demanda que presentó el pasado verano y por la que reclama 30.000 euros de indemnización.
Este jueves ha tenido lugar en los juzgados de Pozuelo de Alarcón el esperado cara a cara entre Casillas y Avilés. Intentando despistar a la prensa, el ex de Sara Carbonero entró directamente en coche a las dependencias judiciales. Acompañado por su abogada y con rostro serio, el madridista evitó hacer declaraciones sobre su demanda al colaborador televisivo.
Misma actitud que José Antonio Avilés que, con su letrada y visiblemente tranquilo, entró en los juzgados sin pronunciarse sobre su inminente juicio con Iker y sin aclarar si sacará los audios que presuntamente le envió el exfutbolista hablando de Sara Dénez.
La vista contó con la inesperada presencia de Terelu Campos, citada en calidad de testigo aunque no se sabe por cuál de las partes. Confesó que no está nerviosa ni preocupada.
