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"Vídeos sexuales, información de menores"... Todos los detalles de la operación contra La Fábrica de la Tele

Continúan surgiendo datos de la operación Luna contra La Fábrica de la Tele.

Continúan surgiendo datos de la operación Luna contra La Fábrica de la Tele.
Hita, con Kike Calleja y Gustavo González | Twitter

El Mundo abunda el martes en la trama investigada por la operación Luna, que implica a la dirección del programa Sálvame de La Fábrica dela Tele en una trama de espionaje a famosos.

Personajes públicos como Isabel Pantoja y su hijo Kiko Rivera, el torero Julio Aparicio, Belén Esteban y Kiko Matamoros -miembros del propio programa-, José Ortega Cano y su hijo José Fernando, el fallecido Álex Casademunt, Aída Nízar, Ivonne Reyes, Omar Montes, Di Stefano… Y así hasta casi 140 nombres relevantes.

El paparazzi Gustavo González, junto al policía Ángel Jesús Fernández Hita, crearon una trama de espionaje al servicio de los directivos de La Fábrica de la Tele para proveer de contenidos al programa. Hasta siete personas más del equipo de Sálvame y su productora como persona jurídica figuran en el informe policial como investigadas por descubrimiento y revelación de secretos.

El policía Ángel Hita, que así se le llamaba, era habitual en Fuencarral, "incluso alguna vez con su mujer", y era saludado "por muchos a los que había hecho favores. Era fijo en el restaurante la Muralla, cercano a Telecinco".

Todo ello la misma semana de la salida apresurada de dos de sus directores, David Valldeperas y Alberto Díaz, por los bajos resultados de audiencia del programa durante el último año.

Los registros en la casa de Gustavo González se produjeron por indicios de conversaciones telefónicas que indicaban que guardaba documentos reservados de la dirección del programa. También los hallaron en los cajones de la redacción de Sálvame.

La investigación también encontró datos como fichas de DNI, matrículas, denuncias y antecedentes en conversaciones de WhatsApp, conseguidas por el policía ya suspendido de empleo y sueldo al tener acceso a registros oficiales.

"Cuando querían información de una persona, sobre todo cuando estaba de actualidad por algún motivo, contactaban con el policía y le pedían que les mirase todo lo que pudiera haber en las bases de datos policiales, como denuncias, detenciones con su reseña, datos de identidad y domicilios…", publica Beatriz Miranda en El Mundo.

Miranda explica el modus operandi: cuando querían información de alguien, sobre todo por criterio de actualidad, contactaban con su fuente policial para que "les mirase todo lo que pudiera haber en las bases de datos policiales", desde denuncias, detenciones, datos de su domicilio… Incluso "informes médicos" y, desde luego "vídeos sexuales" e "información relativa a menores".

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