Coincidiendo con el estreno mundial de Top Gun: Maverick, Tom Cruise ha roto con su última novia, Hailey Atwell. El galán no aparenta la edad que cumple este 3 de julio: sesenta años. Como si hubiera hecho un pacto diabólico, que se dice tópicamente en estos casos. Y ahora es "el soltero más cotizado de Hollywood", con una biografía sentimental que comenzó siendo muy joven.
Thomas Cruise Mapother IV vino al mundo en Siracusa, Nueva York, el 3 de julio de 1962, en el hogar de un ingeniero electrónico y una profesora; matrimonio que duró poco tiempo, siendo el futuro actor aún muy niño. De resultas de aquella desunión, éste recordaba su infancia y adolescencia en medio de la pobreza. Cuando aún su progenitor vivía en casa le daba unas palizas al tres por dos. En ese sórdido ambiente Tom tuvo arrebatos religiosos que a poco lo conducen a un convento franciscano. Lo pensó mejor y quiso ser actor, para lo cual, tras haber dejado Canadá, se instaló en los Estados Unidos y en Nueva York tuvo que empezar ganándose la vida como camarero.
Su debut cinematográfico se produjo a comienzos de la década de los 80 y en la siguiente ya estaba considerado uno de los galanes en boga. De su filmografía, rescatamos estos títulos: El último samurai, Misión imposible, Top Gun, El color del dinero, Ray Man, Magnolia, Entrevista con el vampiro, Jerry Maguire, Walkiria… Fue nominado al Oscar en tres ediciones, mas nunca ha obtenido la estatuilla dorada, aunque sí logró tres Globos de Oro.
Muy enamoradizo, Tom Cruise ya flirteaba en los primeros 80 con Melissa Gilbert, quien puede considerarse como su primer amor relevante, pues no le faltarían otros. A su corazón llegó luego otra actriz, Heather Lockelear, de Melrose Place, y después Rebecca de Mornay, su compañera en Risky Business. Con ésta convivió entre 1983 y 1985, a la que sustituyó por Cher. A la actriz y cantante, que le llevaba unos años de más, la conoció en la Casa Blanca, durante una reunión de disléxicos.
Enseguida cruzaron sus miradas y ella se lo llevó a su apartamento, donde durante un año vivieron una apasionada relación, que concluyó en 1986, cuando se cruzó por el camino con otra actriz veterana, Mimi Rogers. Ésta resultaba asimismo algo mayor para un todavía joven Tom Cruise, pero a ninguno de los dos le importó esa diferencia en el calendario. La tal Mimi fue quien introdujo a su compañero en la secta de la Cienciología. Se casaron en 1987 y se separaron tres años más tarde, cuando él, rodando Days of thunder, quedó completamente encandilado de su compañera, la australiana Nicole Kidman.
La nueva pareja de Hollywood fue una sensación en las revistas rosas. Llamaba la atención la altura de Nicole que, al lado de Tom, le sacaba unos llamativos centímetros de estatura. Esa diferencia física tampoco fue obstáculo para que en el rodaje de Days of thunder, llegados los descansos, se introdujeran en una de sus dos roulottes a darse el lote. Tal fue la pasión que se despertó entrambos que fijaron su boda en 1990, en una ceremonia discreta celebrada el día de Nochebuena.
Durante once años parecía el matrimonio modelo. Viajaron por medio mundo presentando las películas que rodaban. Adoptaron dos niños, Isabella, en 1992, y Connor, tres años después. Hasta que "se les rompió el amor de tanto usarlo", tomando parte del estribillo de Manuel Alejandro para Rocío Jurado. Parece que las primeras diferencias surgieron entre los dos rodando la muy publicitada película Eyes Wide Shut. ¿Qué les pasó siendo casi la pareja perfecta? Ninguno de los dos lo contó, pero sí se sabe que Tom Cruise estaba siempre "dándole al coco" con sus lecturas sobre la Cienciología, lo que a Nicole Kidman ya le parecía inaguantable. Y por ahí vinieron los tiros para que se dijeran "adiós, muy buenas". A ella, elegante, sensible, algo sofisticada también, aquel fracaso la dejó deprimida, al punto que en los meses siguientes al divorcio manifestó que seguía enamorada de Tom. Pero éste, algo menos, se buscó nueva compañera.
Y quien sería su nueva pareja fue nuestra compatriota Penélope Cruz, a partir de 2001 y a lo largo de tres años. Se les vio muy felices cuando estuvieron en Madrid, recordando a los periodistas cómo se enamoraron rodando Vainilla Sky. Muy simpático y sencillo, Tom conoció a la familia madrileña de Pé. Y en la capital de España, calle del Prado, cerca del Ateneo, Tom inauguraría la sede de su secta, la Cienciología. Lo de Tom y Penélope dijeron algunos cronistas norteamericanos que "olía a montaje". De lo que no tenemos duda alguna es que intimidad hubo.
Quedaron muy amigos cuando cada uno se fue por su lado, ella con Javier Bardem y él con su compañera de Misión imposible Katie Holmes, que contaba dieciséis años menos que él. Estando en París, subieron a lo más alto de la Torre Eiffel y Tom se declaró a Katie. La boda tuvo lugar en un castillo de Italia por el rito de la Cienciología. Al principio, todo les fue bien: fueron padres de una niña, Suri, la única hija biológica de Tom. Pero la joven actriz terminó hasta el gorro de los rollos que su marido le endilgaba día y noche sobre la Cienciología. Y harta, tuvo la idea de llamar a la "ex" de Tom, Nicole Kidman. Coincidieron que él era estupendo, romántico, buen actor, pero un auténtico coñazo con lo de su secta. Y Nicole apoyó a Katie Holmes cuando no vaciló en separarse en 2012 y conseguir pronto el divorcio.
Tom Cruise encajó aquel nuevo desastre sentimental de la mejor manera. Dicen que entrevistado por la muy popular en Estados Unidos Oprah Winfrey sintió deseos de encamarse con ella, lo que no pudo probarse. Ganas, en todo caso del galán, sabemos que tuvo. Y también roces con otras actrices de nuevas generaciones: Cameron Díaz, Vanessa Kirby, Laura Prepon… Tom siempre ha sido un seductor nato con esa carita buena que exhibe en público. Y no es que sea un secreto tal cosa. Ya People lo incluyó en 1990 en una de sus portadas declarándolo "el más sexy de los actores".
Su dedicación a la Cienciología es constante. Siempre ha dicho que le debe su bienestar psíquico y que además su práctica le supuso curarse de la dislexia que arrastraba: la dificultad para leer y escribir. Su actividad cinematográfica continúa intensa. No se olvide que también ejerce de productor y director en ocasiones. Ha tenido reveses con las grandes "majors", como llaman en USA a las multinacionales de la pantalla, pero sus negocios le han sido propicios casi siempre. Forbes le adjudicaba un patrimonio cercano a los seiscientos millones de dólares, lo que lo convierte en uno de los actores mejor pagados.
Treinta y seis años después del estreno de Top Gun, se ha estrenado esta secuela que ha sido titulada Top Gun: Maverick. Con los líos de la pandemia se ha exhibido en España a partir del mes de mayo, cuando el rodaje había concluido hacía tiempo. Al respecto, se conocen los puntos de vista del actor acerca de este filme: "Sé que se bromea sobre mi edad como si fuera una eterna juventud, más si tuviera ahora mismo ochenta años, con la piel arrugada, tendría las mismas ganas de seguir siendo Maverick y vivir a tope". Este personaje, héroe del aire, Pete "Maverick" Mitchell, es por su veteranía un instructor de jóvenes pilotos, como él era en la primera película, Top Gun.
En el reparto, ha habido grandes cambios: quien era su novia de ficción e instructora de vuelo, Charlie Blackwood en el guion, encarnada por Kelly McGillis, que se convirtió en un sex symbol, no fue llamada para esta secuela: estaba demasiado "gorda y avejentada", dijeron los productores. La sustituyeron por Jennifer Connelly. Tampoco aparece Meg Ryan, que tuvo un éxito entonces. El tiempo pasa, pero parece que no al mismo compás de Tom Cruise, ídolo del aire de nuevo, soltero hasta que más pronto que tarde caiga en la primera red amorosa que le lancen.