
El lamentable estado de la calle de Pedro Carrasco en Chipiona sorprende. Sobre todo tras los golpes en el pecho de Rocío Carrasco reivindicado la memoria de su padre, defenestrando a quien fue su mujer, Raquel Mosquera, y tras la retórica de mujer familiar que acaba de inaugurar un museo dedicado a su madre, Rocío Jurado, en Chipiona.
Precisamente en esa localidad, Rocío, la heredera universal -tal y ella misma no se cansa de recordar- logró con un polémico acuerdo inaugurar por fin el muy demorado museo dedicado a la figura de ‘La más grande’ tras un sustancioso acuerdo económico que ha sumido en el descontento a la oposición del alcalde Luis María Aparcero, a la población de la localidad y también al resto de la familia de Rocío, apartada de manera radical de todo homenaje oficial a la figura de Rocío Jurado.
Todo ello pese a que la asociación presidida por Gloria Camila, la Asociación Cultural RJ La Más Grande, ya comandaba no pocas actividades y homenajes a la cantante y negociaba con las autoridades la apertura de un centro demorado, precisamente, por la negativa de Rocío Carrasco a entregar materiales y dar su autorización.
En lo relativo a la calle dedicada al boxeador fallecido, esta languidece como una zona de residencial de chalets con pintadas y sprays de dudoso gusto, un poco lustroso embaldosado y apenas las señalizaciones mínimas para recordar la figura de Pedro Carrasco.


Poco cuidado para una calle vecinal secundaria, de mero tránsito, que delata el escaso interés de las autoridades para destacar la figura del padre de Rociíto, la misma que el pasado viernes no se cansó de reivindicar la figura de su padre. ¿Podría haber Rocío Carrasco insistido algo más en los homenajes a su padre en la localidad, ya que tanto trato ha tenido con su alcalde?
Finalmente el museo, el quid de la cuestión hasta hace pocos días, se ha abierto sin que el asunto haya tenido una relevancia cultural o social superior a las polémicas políticas, económicas y familiares que le han servido de trasfondo (y, de hecho, sin cafetería, después del escaso interés despertado por la convocatoria pública del ayuntamiento de Aparcero). Con, eso sí, un baño de masas para Rocío Carrasco al margen del caos organizativo del evento, subrayado sin ir más lejos por Isabel Jurado, exalcaldesa de Chipiona.
Aparcero, ex del PSOE condenado por cohecho que ahora gobierna mediante Unidos por Chipiona y un buen número de pactos con la izquierda, se puso del lado de Carrasco consumando una puñalada a los Mohedano y, específicamente a Gloria Camila, de la que incluso rivales políticos del PP han dado parte.


Antonio Peña, alcalde de Chipiona hasta 2016, incluso llegó a emitir un comunicado recordando que el museo no habría sido posible sin la gestión de Amador y Gloria Mohedano.
Mientras la calle dedicada a su padre cae en desgracia y el museo abre sus puertas, Rocío Carrasco sigue a lo suyo: su docudrama con La Fábrica de la Tele y el dinero aprobado en el pleno por la apertura del museo, la nada despreciable cantidad de "2.500 euros al mes, no se sabe si con IVA o sin IVA, por ceder los derechos de su madre", incluso durante los meses que el museo ha permanecido cerrado hasta su apertura.