No corren buenos tiempos para José Ortega Cano, en el ojo del huracán mediático desde hace semanas por su grave crisis matrimonial con Ana María Aldón que podría acabar en una ruptura que muchos dan por hecho y que por el momento ellos se resisten a confirmar, aunque su separación física es un hecho y mientras la diseñadora se encuentra en Cádiz con su hijo, el torero permanece solo en su casa de Madrid.
Un trance complicado que Ortega, hundido anímicamente al descubrir que no ha sido capaz de mantener a Ana María a su lado y que su matrimonio está tocado de muerte, sobrelleva como puede. Centrado en su faceta de apoderado del joven diestro Álvaro Burdiel y en poner en orden sus asuntos económicos -sus visitas al notario y a diferentes entidades bancarias han sido habituales en los últimos días -el viudo de Rocío Jurado cuenta con el apoyo incondicional de su círculo de amigos más cercanos, muy pendientes de él en estos delicados momentos.
Nombres tan populares como el de Victoriano Valencia y el de Marilí Coll, que no han dudado en organizar una comida en Madrid para subir el ánimo al diestro y demostrarle que puede contar con ellos en este durísimo trago a nivel personal.
Un gesto que Ortega Cano ha agradecido luciendo una sonrisa y un buen humor que hace tiempo que no le veíamos, aunque sobre su grave crisis con Ana María continúa guardando un tenso silencio. "Los amigos estamos para eso", ha señalado Victoriano, gran amigo del torero desde hace décadas y muy discreto con su posible separación de la andaluza: "Estoy feliz y contento de ver a mi amigo feliz, que es importante. Está en una situación complicada y hasta que no se resuelva una cosa u otra, el momento es malo".
Sin embargo, el padre de Paloma Cuevas se muestra optimista y cree que José y Ana María conseguirán superar esta crisis. "Yo creo que se arregla. Es difícil romper una relación cuando hay cariño mutuo y un niño que es un fenómeno" mantiene.