Este verano Bertín Osborne y Fabiola Martínez decidieron inscribir a su hijo Carlos en un campamento militar. La propia Fabiola confirmó a principios de agosto que su hijo menor se encontraba en un centro porque le ha salido un poco rebelde. "Estoy más pendiente de Carlos, que lo tengo en un campamento cerca de Madrid porque necesita un poquito de disciplina", dijo durante la gala benéfica de la Asociación Española contra el Cáncer.
El pasado lunes, Bertín compartió orgulloso una fotografía junto a su hijo durante una de sus visitas al campamento. "En el campamento cívico-militar "El Gran Capitán" con mi hijo Carlos. Aprendiendo valores", escribió junto a la foto en la que Carlos aparece sonriente vestido con un traje militar verde.
El campamento El Gran Capitán se encuentra en Navacerrada, a 45 minutos de Madrid capital. Según reza su página web, el campamento se ubica en una finca de 42 hectáreas, de uso exclusivo, con unas instalaciones inmejorables en la Finca Santa María de los Almorchones, al inicio de un Parque Natural protegido, donde se realizan las salidas y marchas al exterior.
El centro está organizado por veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, militares profesionales, con muchos años de experiencia en la milicia y demás monitores titulados. "Con todos los permisos y requisitos legales" el campamento enseña a los jóvenes aspectos propios de las FFAA y formas y educación dentro del cuartel y en la vida civil. "Les enseñaremos nociones practicas y básicas de derecho, para que conozcan las reglas del juego en la sociedad", dice la web.
El joven Carlos y sus compañeros realizan servicios propios de un cuartel y descansan en dormitorios con literas separados por sexos, aunque todos realizan las mismas actividades. "Creemos firmemente en despertarles a la realidad y fomentar el trabajo en equipo y la camaradería. Harán servicios propios de academia militar de formación, con las matizaciones necesarias, pero los harán. Coserán, lavarán su ropa, barrerán, vigilarán el sueño de sus compañeros, y aprenderán a pertenecer y a deberse alguien más que así mismos".
Ha pasado más de un año y medio desde que Bertín Osborne y Fabiola Martínez decidieran oficializar el fin de su matrimonio, pero siempre han reiterado que su divorcio se ejecutó en buenos términos, prevaleciendo la buena relación de la familia. En el acuerdo se estableció que Bertín se haría cargo de los gastos de sus hijos y Fabiola obtuvo la custodia para evitar "que estuviesen cada semana en un sitio diferente".
La venezolana reconoció que Carlos ha vivido "un año muy difícil" y "se le han juntado muchas cosas". Pese a que el joven de 13 años "ha llevado fenomenal" la separación de sus padres, según su madre, la orientadora del colegio les hizo saber que ante "tantos cambios, lo normal es que no esté tan normal, sino que le pase algo". Por este motivo, el cantante y la empresaria están "teniendo un poquito de paciencia" con él, "sin bajar la guardia y provocando que se responsabilice", ya que tiene que centrarse y "estudiar".