Tras dejarse ver juntos en la playa el pasado mes de agosto, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han vuelto a coincidir en público, esta vez en Jaca (Huesca), durante el funeral de Eduardo Roldán que se celebró el domingo por la tarde en la Catedral de la localidad. Junto a ellos estuvieron también dos hijos, Pablo y Miguel, y la infanta Elena; todos ellos se mostraron muy afectados por el fallecimiento del que fuera director de la estación de esquí de Candanchú, un amigo muy cercano a la Casa Real que falleció a los 83 años a causa de una enfermedad degenerativa.
Cuenta el Heraldo de Aragón que el matrimonio, que está en proceso de divorcio, se mostró amigable en todo momento y mantuvo conversaciones con sus hijos, que al igual que Urdangarin, no pudieron evitar emocionarse a la salida de la Catedral. En las imágenes que aporta el citado diario, se ve al exyerno del rey emérito secarse las lágrimas. La relación es tan cordial que, una vez finalizada la misa, las infantas, Urdangarin y sus hijos fueron a tomar algo a un local cercano al templo.
Durante el funeral, las infantas comentaron con algunos asistentes la relación que tenían con Roldán, al que apreciaban mucho, y recordaron que prácticamente aprendieron a esquiar con él. La relación de Roldán con Juan Carlos I era muy estrecha y cercana, llegando a convertirse en un buen amigo de la familia. De hecho, el rey Felipe VI acudió personalmente en la tarde del sábado al tanatorio de Jaca para dar su último adiós a Roldán y trasladar sus condolencias a la familia en nombre de toda la Familia Real.
Han pasado ocho meses desde que Urdangarin y la infanta Cristina anunciaran su intención de separarse. El comunicado oficial llegó después de que la revista Lecturas publicara unas fotos del exdeportista con su nueva pareja, Ainhoa Armentia. La ya expareja dijo entonces que su relación, con respecto a sus hijos, permanecería intacta y así lo están demostrando, a la espera de oficializar el divorcio.