Downing Street se prepara para recibir a su tercera inquilina después de Margaret Thatcher y Theresa May. Se trata de Liz Truss, la hasta ahora ministra de exteriores británica, ha salido vencedora en las primarias celebradas en el seno del Partido Conservador para elegir al sustituto de su actual líder, Boris Johnson, por lo que, una vez se reúna con la reina Isabel II en Balmoral, se convertirá en primera ministra de Reino Unido. La prensa británica, donde el sensacionalismo es la categoría periodística, no ha tardado en indagar sobre la vida más íntima de la política, quién podría decirse que ha tenido un pasado de lo más azaroso y divertido.
Truss está casada desde hace 22 años con Hugh O'Leary, un economista al que conoció en una conferencia de los ‘tories’. Una historia de amor que comenzó con una caída, O'Leary se hizo un esguince de tobillo en su primera cita, y que ha logrado llegar a nuestros días pese a las vicisitudes que han atravesado. En el año 2006, la prensa amarilla británica destapó el romance de la política con el parlamentario conservador Mark Field, a quién conoció en el año 2000, ella tenía 25 años y él fue su mentor. Una relación extramatrimonial que duró 18 meses y que cuando se hizo pública, provocó con el divorcio de Field.
Lejos de acabar con el matrimonio de Truss, aquel tropiezo sentimental asentó aún más la relación con su marido, que logró perdonarla y no tardaron en tener dos hijas: Florence, de 16 años, y Liberty, de 13. Debido al gran escándalo que supuso su affaire con Field, Liz Truss siempre ha tratado de proteger a sus dos hijas del ojo público. En estos años, solo ha compartido dos fotografías de su familia en las redes sociales y nunca mostrando su cara.
Juntos se trasladarán a los apartamentos privados del número 11 de Downing Street, en St. James Park donde disfrutarán de todo tipo de comodidades como piscina climatizada.
Liz rompió el molde
Dicen que los hijos llegan a este mundo para ser una versión mejorada de sus padres: pese a que su familia era de izquierdas, Liz decidió comenzar su carrera política como economista en el Partido Conservador. Aseguran que la madre de Truss, enfermera, se sintió "horrorizada" cuando descubrió que su hija se había afiliado al partido por el que tanto se había manifestado. La propia Liz Truss relató que durante su infancia y adolescencia, era habitual acompañar a su familia a manifestaciones contra Thatcher y la proliferación nuclear.
Su tesón y su esfuerzo fueron recompensados en el año 2006, cuando fue elegida concejal por Greenwich, y más tarde, en 2010, fue miembro del parlamento por el distrito de South West Norfolk. Dos años después, llegó su gran oportunidad y entró en el gobierno donde ha sido ministra de Educación, secretaria de estado de Medioambiente y ministra de Igualdad. No obstante, comenzó a ganar popularidad a raíz de su implicación en las negociaciones por el Brexit, como secretaria de Estado de Comercio Internacional y actualmente, como ministra de Asuntos Exteriores.
Políticamente incorrecta
Se define como amante del queso, la repostería y es "adicta" al café y los burritos. Además, tiene un olfato especial para el marketing. Conocedora de la importancia de la identidad digital a la hora de alcanzar el éxito, es una gran amante de las redes sociales, tal y como señala el digital Uppers. En ellas, mezcla política y humor con un toque de sarcasmo, lo que la ha convertido en una de las máximas exponentes de lo políticamente incorrecto en Reino Unido.
Este perfecto desempeño en las redes sociales le ha generado algún que otro encontronazo, no solo con adversarios políticos, sino entre sus propios compañeros de partido que llegaron a renombrar las siglas en inglés de su cartera, DIT (Departament for International Trade) como Departamento de Instagram de Truss.