El rey Felipe ha visitado Burgos fuera de su agenda oficial, con la única finalidad de gozar de un tiempo de esparcimiento con amigos. Ocurrió este sábado y el destino era el restaurante Puerta real, un asador con vistas a la catedral, en muy buena (y abundante) compañía: nada menos que 55 personas.
Muchos transeúntes se vieron por eso sorprendidos por la presencia inesperada de Felipe VI, que acudió a Burgos para recordar viejos tiempos con us compañeros de la escuela militar, recoge El Diario de Burgos.
El menú de ese sábado consistió en marisco, morcilla, chorizo cocido con vino de chacolí y cecina, además de lomo de vacuno y lechazo. Fue reservado hace tres semanas para 55 comensales, entre ellos el Rey de España.
Fuentes del restaurante aseguran que todo salió estupendamente y con absoluta normalidad, y también que sus clientes firmaron en el libro de oro del restaurante. El Rey se dejó fotografiar con los empleados del local pese a su intención de no llamar inicialmente la atención.