
Sara Carbonero ha recibido el alta hospitalaria una semana después de su operación de urgencia. La periodista ha abandonado el lunes la Clínica Universitaria de Navarra, donde el pasado 21 de noviembre fue intervenida de urgencia tras someterse a una revisión rutinaria.
En torno al mediodía Sara Carbonero puso rumbo a su domicilio para continuar con su recuperación en compañía de sus seres queridos, informó Semana.
No ha trascendido ningún detalle de su intervención. Su entorno más cercano se ha limitado a asegurar que se encontraba "bien", "tranquila" y "positiva", acompañada por allegados que no la ha dejado sola ni un solo momento.
Con Sara Carbonero estuvieron en todo momento su madre, Goyi Arévalo, su hermana Irene Carbonero -que además ha sido la encargada de cuidar de sus sobrinos Martín y Lucas, ya que Casillas se encuentra en Catar retransmitiendo el Mundial con TVE- su íntima amiga Isabel Jiménez y su novio, Nacho Taboada, cuyas visitas al hospital han pasado desapercibidas para las cámaras.
Ahora, Sara ya descansa en su casa, en compañía de sus dos hijos, que sin duda la habrán echado de menos durante los largos siete días en los que ha estado en el hospital y a los que sus familiares han tratado a toda costa de alejar del drama de esta segunda y apresurada operación.
Poco después de recibir el alta hospitalaria, la manchega -que fue operada de cáncer de ovario hace tres años- compartió, sin desvelar detalles de lo que ocurría, un emotivo vídeo de agradecimiento.
El vídeo cuenta su salida del centro y en él la periodista agradece a todos el interés. "Este vídeo es de ayer, minutos después de que me dieran el alta, saliendo del hospital.", explica, llevando la contraria un tanto a su ex, Iker Casillas, que denunció el sensacionalismo de la noticia de su ingreso:"Ojalá se mantenga este clima de tranquilidad tan necesario", ha expresado.
"Cuando la felicidad no me cabía en el pecho por el mero hecho de sentir de nuevo el aire en la cara y poder respirar y disfrutar de otro atardecer más" ha comenzado, agradeciendo "las innumerables muestras de cariño recibidas. "Me abruman y a la vez me llenan de energía para seguir adelante" asegurando que se encuentra "muy bien".

"Sirva este mensaje de agradecimiento, tanto a los médicos de la Clínica Universidad de Navarra, una vez más, por llevarme en volandas y cuidarme estos días, como a mi gente, la de siempre, ese grupo reducido de personas que no me ha soltado la mano ni un segundo y que me ha hecho ser consciente de lo fuerte que es el ser humano si está rodeado de amor" ha añadido.
"Que todos consigamos encontrarlo en las pequeñas cosas. En una familia incondicional, en una mano que te sujeta fuerte mientras te toca los acordes de guitarra de tu canción preferida para dormirte, una voz que te lee el periódico cada mañana, unos brazos firmes que te sostienen para ponerte en pie de nuevo y dar paseos en círculo por los pasillos del hospital. Unos niños que te esperan en casa con los brazos abiertos y la pizarra llena de mensajes. Unas amigas que cogen el primer avión para traerte unas flores y un puñado de risas", ha confesado, haciendo referencia a las personas más importantes de su vida.
"El secreto de la vida. Escuchas el sonido de la lluvia, desde la cama, de noche, junto a ella. Te giras un poco y observas su perfil recortado en la penumbra, en los labios, en la calma, ese amago de sonrisa. Y no sabes cómo pero sabes que no te hace falta nada más, que ahí está todo lo que necesitas".