Pablo Urdangarin es uno de los hijos de las infantas más queridos. Su discreción y dedicación le han alejado de los escándalos de sus padres, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, que pronto culminarán su proceso de divorcio. Es más, al joven deportista le ha tocado manifestarse a menudo sobre la difícil tesitura familiar -e incluso institucional- provocada por sus progenitores.
Poco después de surgir imágenes de Pablo Urdangarin besándose con una chica en una tienda de ropa de la Ciudad Condal, la revista Semana apuesta por mostrar otros detalles de su modo de vida.
A sus 22 años, el deportista vive de una manera muy similar a la de otros estudiantes de su edad: en un piso alquilado en la ciudad de Barcelona por la nada despreciable cantidad de 1.500 euros. Nada, en todo caso, comparado con los lujos del palacete de Pedralbes donde residió con sus padres.
Un precio elevado, pero no tanto si se tiene en cuenta que se trata de un piso compartido con otros dos jóvenes que comparten gastos con el hijo de los que fueron duques de Palma antes de que saltase el escándalo del caso Nóos. Pablo, eso sí, tiene alquilada la parte superior del dúplex, diáfana, y paga algo más que sus compañeros de piso.
El piso del sobrino de Felipe VI está en la principal calle del barrio de San Joan de Espí, muy cerca de la Ciudad Deportiva donde Pablo desarrolla su labor como jugador del balonmano. Allí cuenta con una habitación individual con baño privado y acceso a otros de los servicios y zonas comunes, como la piscina.
Por lo demás, Pablo Urdangarin sigue ganándose un puesto de interés en la prensa rosa, aunque sea a su pesar. Sus abrazos y besos con una joven de pelo castaño que, se especula, podría ser de una familia bien posicionada de Barcelona, así lo demuestran. El propio Pablo no pudo negar la evidencia y aseguró estar "contento" con su situación personal.
"Ya he visto que ha salido en todos lados, pero prefiero no comentar eso. Es mi privacidad y ya está gracias", dijo a los reporteros de Europa Press.