Pablo Urdangarin se ha convertido en uno de los miembros de la Familia Real que más interés genera debido a su saber estar y educación ante los medios de comunicación. El hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín lidió como pocos con las incómodas preguntas sobre el divorcio de sus padre, y ahora también, sobre su relación con la jugadora de voleibol Johanna Zott. Un noviazgo que, a tenor de lo que se vivió este jueves por la noche, parece más serio de lo que podríamos imaginar.
La infanta Cristina acudió, como tantas otras veces, a ver un partido de su hijo. Esta vez en el Palau Blaugrana donde llegó acompañada de Cristina Fernández, mujer de regatista Roberto Molina y amiga de la familia desde hace años. La hermana de Felipe VI se mostró discreta y sin ganas de hablar con los medios de comunicación. Una vez dentro, la infanta bajó hasta la primera fila de las gradas para saludar a su hijo.
En un vídeo publicado por Europa Press se puede ver a la infanta besando y abrazando a su hijo. El joven también saludó a Cristina con un fuerte abrazo. Un compañero de Pablo se acercó para saludar a la infanta y minutos después llegó el entrenador para saludar también al grupo.
Apenas unos minutos después hizo su aparición Johanna Zott, que no quiso perderse el partido de ‘su chico’. Risueña, se acercó a la infanta Cristina para saludarla, evidenciando no solo que ya se conocían sino que la relación entre ellas es estupenda. Tuvieron una conversación que duró unos minutos y finalmente, cada una volvió a sus asientos en las gradas.
Cabe recordar que la semana pasada Pablo fue a ver jugar a su novia a un partido de voley y allí coincidió también con sus ‘suegros’. Después, Pablo y Johanna fueron fotografiados yendo a comprar zumos, patatas y algunas chucherías en una tienda para después pasar la tarde en la casa de la joven que vive cerca de Finestrelles, próxima a los campos de voleibol donde entrena ella y la ciudad deportiva del Barça donde él juega al balonmano.