Los semidesnudos en Televisión Española o imágenes que pudieran ser provocativas y escandalosas a juicio de sus directivos, era algo absolutamente prohibido y si en algún programa en directo se deslizara por descuido de su realizador algo indecente, el asunto alcanzaba magnitudes escandalosas. Eso, cuando ya la Transición era pasado. Que en el programa Super 88 emitido la noche de fin de año una cantante italiana Sabrina Salerno mostrara uno de sus pechos, constituyó un ruidoso precedente contra la moral. Todos los medios de comunicación se hicieron eco de tal escena, que apenas duró tres segundos. Y que a lo largo del tiempo se ha reproducido en multitud de ocasiones, cuando ya nadie podía condenar aquella provocación.
La cantante que osó cometer aquel "descuido" de su apretado busto fue la italiana Sabrina. Y el realizador, ya fallecido, Hugo Stuven. Aquel programa musical para despedir el año 1987 estaba grabado. Es posible que dicha intérprete no pretendiera a propósito enseñar una de sus glándulas mamarias. O tal vez sí, para armar un lío y obtener una gratuita publicidad. El tal Stuven parece que nada más terminar la grabación, le dijo al mánager de la artista que esas imágenes no saldrían al aire. Pero lo pensó mejor y dio la campanada; nunca mejor dicho tratándose del 31 de diciembre.
Sabrina Salerno tiene ahora cincuenta y cinco años, cumplidos el pasado 15 de marzo. Natural de Génova. A España ha venido a actuar en varias ocasiones y en este mes de abril tiene firmados contratos en varias capitales. Desde que lanzara su primer disco, con aquel pegadizo estribillo de "Boys, boys, boys", ha vendido cantidades millonarias de álbumes. No sólo se ha dedicado a la música, también ha intervenido en películas y algunas representaciones teatrales, asimismo presentando programas de televisión. Todas esas actividades le han reportado dinero suficiente para tener su propio sello discográfico. Y con su marido, Enrico Monti, con quien lleva casada diecisiete años, es copropietaria de unos estudios de grabación y una cadena de hoteles.
Sabrina es madre de Luca María, nacido en 2006, el mismo año de su boda. Mantiene todavía a su edad un físico imponente, donde sobresale su prominente busto. En la época en la que lo mostraba, o parte de él como quedó dicho, siendo veinteañera, sus medidas eran éstas: 101 de pecho, 58 de cintura y 90 de caderas. Alta, sobrepasando 1,70 metros. Las revistas italianas de desnudos la incluyeron en sus páginas. Una popularidad que siguió ostentando a base sólo de su espectacular físico porque cantando no era a nuestro juicio demasiado relevante. Pero bien que se embolsaba en aquellos años finales de los 80 y primeros 90 tres millones y medio de pesetas por actuación.
Le encontraron una rival a su medida: la británica Samanta Fox, muy bien dotada también de unas abultadas tetas. Hasta llegaron a grabar juntas un disco. Y en España quisieron enfrentar a Sabrina con nuestra Marta Sánchez, en razón asimismo de su atractiva delantera.
Ya las feministas de aquella época se metieron con Sabrina, al menos en una ocasión que sepamos, cuando compareció en una sala de fiestas de Bilbao y a la tercera canción, abusando del "play-back" recibió muestras de desagrado: pitos, imprecaciones diversas, y lo peor: le lanzaron a la cara tomates y verduras. Confiemos que en esta gira por España que emprende con el título de "Yo fui a EGB", le sea propicia. Al fin y al cabo, esos productos de la huerta, han subido mucho de precio. Según he sabido, en ese espectáculo intervendrán también la orquesta Mondragón, Los Manolos y el grupo alemán Boney M.