El Deluxe ha llegado a su fin y Conchita Pérez, poligrafista del programa, ha roto su silencio sobre sus 14 años de trabajo en el espacio de La Fábrica de la Tele.
La célebre Conchita, que determinaba si los invitados decían o no la verdad, ha hecho un balance positivo y se muestra "contenta y muy agradecida" por su trabajo televisivo. Pero matiza: "Ha sido un extra estupendo, pero no es mi trabajo principal, que nunca he dejado".
Conchita recibe clientes de varias ciudades cobrando 375 euros por sesión y, en una entrevista a El País, también ha sufrido las habituales decepciones de trabajar en el mundo del espectáculo. Para empezar, en ningún momento logró hacer piña con sus compañeros de programa.
"También ha habido decepciones. Hay mucha hipocresía y gente que no es lo que parece. Nunca he hecho pandilla con los colaboradores", dice con total sinceridad.
Donde sí se muestra inflexible Conchita es en la calidad de las mediciones de la máquina y el hecho de que no pocos invitados se la tomaron en serio. "Se suelen delatar solos. Creen que no funciona o que es un juego y que van a ganar. Y no lo es".
Conchita empezó en el 2010 en el Deluxe y tras casi quince años ha visto de todo. Pero es una mujer curtida que antes regentó nada menos que un hotel de carretera donde, literalmente, "vio de todo".