La crónica rosa de Es la mañana de Federico fue el primer espacio en hablar sobre el complicado matrimonio que formaban Nuria González y Fernando Fernández Tapias. El empresario, que falleció por sorpresa el pasado 25 de octubre, tenía un carácter complicado y, pese a adorar a su mujer, su comportamiento en público con ella a veces no era el correcto. Federico Jiménez Losantos y Beatriz Cortázar coincidieron en este sentido: "Si hay alguien que no se ha portado públicamente bien con Nuria es Fefé", dijo Losantos. Y "una ni dos ni tres veces, sino continuamente", añadió en esRadio.
Para Cortázar es "innegable" que el empresario no siempre se portó bien con su esposa: "Nuria es inteligente y sabía perfectamente que Fernando era lo peor en maneras; otra cosa es que no pudiera vivir sin ella, sobre todo en los últimos años. Pero que este señor públicamente no tenia unas maneras finísimas (…) Fefé era malhablado y se comportaba mal con ella, y el mérito de ella es haberle aguantado veinte años". "No era diplomático ni uno de esos matrimonios de la viaje estirpe. Era un señor con una gran inteligencia que supo hacer un imperio, pero luego era un hombre de unas maneras básicas. Por decirlo finamente. No era refinado o educado".
De hecho, tal y como se contó en la Crónica Rosa, este tipo de actitudes jugaron malas pasadas al matrimonio, especialmente a Nuria, cuyas amistades se negaban a visitarla en casa para evitar este tipo de situaciones: "Había gente que iba a sus casas, amigos comunes, que al final decían ‘no voy más porque es muy desagradable, es muy violento’", dijo en referencias a la situaciones que se generaban en su entorno familiar. Una situación familiar que no obstante siempre amó y respetó al prestigioso empresario.
Ahora es una extrabajadora del Nufer, el yate del matrimonio, quien ha hablado con el programa Y ahora Sonsoles, corroborando todo lo que ya se había comentado en esRadio y asegurando que el empresario tenía actitudes "déspotas". El testimonio confesó al programa presentado por Sonsoles Ónega que las faltas de respeto a su mujer eran constantes: "La historia de la navegación a Nuria no le gustaba nada. Y la reacción era: 'Tú eres tonta, tú cállate idiota". Cosas así que, bueno, nos sorprendían a todos. La trataba muy mal y ella era una sumisión...".
Nuevos testimonios que se evidencian que el matrimonio no era todo lo idílico que podía parecer. A pesar de todo, Nuria estuvo más de veinte años junto a su marido y no se ha separado de su lado hasta el final. Fue el gran apoyo del empresario en los peores momentos con sus hijos mayores en su intento de incapacitación y jamás ha tenido una mala palabra hacia él pues quiénes conocían a la pareja aseguran que se adoraban.