
Entrado el verano el gran actor Michael Douglas ya está en Malllorca de vacaciones, en su soberbia finca L´Estaca, situada en Valldemosa, un palacete al que acude no sólo en época estival. Cuando escribimos este texto, esperaba la llegada inminente de su esposa, la estrella cinematográfica Catherine Zeta-Jones, veinticinco años menor que él, quien en septiembre será octogenario. Un matrimonio que cumple veinticuatro años de unión; atravesó una aguda crisis, superada cuando él le pidió perdón por algo que luego contaremos. Ambos también afrontaron varias enfermedades. Y ahora disfrutan plácidamente de la vida, cuando su agenda laboral ha ido disminuyendo con el tiempo, aunque continúen felizmente en activo, ella todavía con mucho glamour, a la que consideraron en Hollywood ser "una de las más bellas actrices de los últimos tiempos".
Michael Douglas lleva manteniendo varios decenios el prestigio de un histórico apellido del cine. Estuvo casado veintitrés años con Diandra Luker, entre 1977 y 2000, padres de un varón, Cameron. Formaban una de las parejas más estables en Los Ángeles, Meca del Cine, hasta que él rompió la baraja cuando quedó deslumbrado al conocer a una galesa de poderosas armas de seducción: Catherine Zeta-Jones. Y dejó a Diandra, absolutamente abatida. Viajaban ambos muy a menudo al palacete mallorquín, que constituía una ganancia matrimonial. No pudieron, al separarse, venderlo. Así es que acordaron que cada seis meses lo podrían disfrutar uno de los dos. No hace mucho que Diandra accedió a venderle su parte.
Michael presumía cuando desfilaba, por ejemplo, por la pasarela roja de Cannes, del brazo de Catherine. Ella, siempre espectacular con sus vestidos destocados, o luciendo parte de sus hermosas piernas. Todo iba sobre ruedas en la pareja hasta que Catherine sufrió un trastorno bipolar, al que hubo de hacer frente en una clínica psiquiátrica. Bien por la tensión que ello originó en su marido, o por alguna otra razón, el caso es que Michael determinó separarse de ella. Ocurrieron un par de cosas, que incidieron en esa ruptura. Por un lado, Catherine, conforme iba superando su enfermedad, adujo que Michael no hacía el mínimo caso a los dos hijos del matrimonio, Dylan y Cadys. Y además, estaba absolutamente desconcertada por unas declaraciones que el actor había hecho en Cannes, al ser preguntado por el cáncer que padecía. Un cáncer de garganta, cuyo origen fue diagnosticado por un médico como de origen sexual. No hace falta que demos detalles sobre un acto denominado cunnilingus.

Tuvieron que transcurrir unos meses hasta que Michael, arrepentido de sus escapadas extramatrimoniales, pidió a Catherine que renovaran sus votos como marido y mujer. Y reanudaron su convivencia, los dos curados de sus respectivas enfermedades.
Catherine utilizaba en su carrera artística los apellidos de sus dos abuelas, Zeta y Jones. Hija de un vendedor de golosinas y una madre modista, nació en el País de Gales y siendo muy niña, hubo de someterse a una traqueotomía, de ahí que esconda con algún complemento la señal que le quedó en su cuello. Parece ser que la causa de esa intervención quirúrgica se debió a la alergia que le produjo una tortuga que le regalaron.
Cantaba y bailaba desde corta edad en un coro religioso, hasta que le llegó el éxito en el cine. Obtuvo un "Óscar" por Chicago, logrando también buenas críticas por Ocean´s Twelve y La leyenda del Zorro, junto a Antonio Banderas, entre otras películas comerciales. Hasta la fecha lleva rodadas algo más de treinta títulos, el último fechado en 2016, Dad´s Army, dedicada más desde entonces a series televisivas.
Michael Douglas ha sido siempre muy activo como actor y productor cinematográfico. Renunciamos a recordar sus mejores filmes, por ser de sobra conocidos. Ha tenido otras complicaciones de salud, que ha ido venciendo. Y ante los ochenta años que cumplirá en el próximo septiembre, todavía mantiene una estampa agradable de maduro galán. Lo declararon hace tiempo adicto al sexo pero desde que se reconcilió con Catherine, no ha vuelto a las andadas y le sigue siendo fiel. "Nos amamos, nos respetamos, tenemos un gran sentido del humor", ha declarado ella. Por cierto: ambos celebran su cumpleaños la misma fecha: la del 25 de septiembre. Uno de sus dos hijos, Dylan, es actor teatral. Muy comprensiva Catherine con su hijastro, Cameron. Y contenta por la clase de vida que le ha proporcionado Michael. Si bien la estrella ha estado siempre muy cotizada, y cobra miles de dólares por la línea de fragancia que lleva su nombre, el millonario es su marido, que compró, además del palacio mallorquín, una villa en las islas Bermudas y casas en Los Ángeles (su habitual residencia), Nueva York, Vancouver y País de Gales, la tierra de Catherine.
En definitiva: viven a lo grande. Y han dicho a menudo que donde más se divierten es cuando están en Mallorca, como ahora. Catherine, que es políglota, se expresa perfectamente en nuestra lengua.