Los Juegos Olímpicos no solo nos han ofrecido la oportunidad de ver a los miembros de la realeza compitiendo debido a la estrecha relación entre las casas reales y el olimpismo, sino también a las historias de amor que surgieron durante los Juegos y que terminaron en boda.
En 1972, los Juegos Olímpicos se celebraron en la ciudad alemana de Munich. Silvia Renate Sommerlath, una joven de origen alemán por parte de padre y brasileño por parte de madre, trabajaba como azafata e intérprete. Fue allí donde se cruzó con Carlos Gustavo de Suecia, quién declaró que había sentido "un click en el corazón" cuando conoció a Silvia. Finalmente la boda se celebró el 19 de junio de 1976 en una ceremonia que se ofició en la Catedral de San Nicolás, que convirtió a Silvia, vestida de Dior y con la impresionante tiara de camafeos, en la primera plebeya en ser reina de Suecia.
En julio de 1996, los Juegos Olímpicos se celebraron en Estados Unidos, concretamente en Atlanta. Cuentan, que en un momento dado la infanta Cristina, que asistía como espectadora, preguntó "¿Quién es ese rubio?" aunque también se afirma que quizás su historia comenzó cuando coincidieron en la celebración de la medalla de oro que ganó la selección española de waterpolo, y que fue su portero, Jesús Rollán, fallecido en 2006, quien los presentó. Iñaki Urdangarín compitió en tres Juegos Olímpicos y tiene dos medallas de bronce, mientras que la infanta Cristina había representado a España como abanderada y como miembro del equipo de vela en los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl. La historia acabó en boda, un año después en Barcelona, tuvieron 4 hijos. La historia no acabó bien ya que se vieron envueltos en el caso Noos por el que Urdangarín pisó la cárcel, y actualmente están divorciados.
En el año 2000, los Juegos Olímpicos se celebraron en Sidney, Australia. El por entonces príncipe Federico de Dinamarca, estaba junto con otros príncipes en un concurrido pub de Sídney y fue allí donde se quedó prendado de una ejecutiva de origen australiano, Mary Donaldson. Él se presentó como "Fred" y ella no supo, hasta media hora después, quién era la persona con la que estaba hablando: "Pero, ¿sabes quién es ese tipo?". Después de tres años de relación a distancia, la reina Margarita dio el visto bueno y Federico y Mary se casaron en mayo de 2004, pocos días antes que los reyes Felipe y Letizia. Federico es miembro del Comité Olímpico Internacional desde 2009.
Además de animar en las gradas, han sido muchos los royals que han participado en los Juegos Olímpicos. El primero en ganar un oro fue Olav V de Noruega (por entonces príncipe heredero) en los Juegos de Ámsterdam de 1928. Posteriormente, en Roma 1960, Constantino de Grecia ganó la medalla de oro en Vela y la hija de la princesa real Ana de Inglaterra, Zara Tindall, plata por equipos en hípica en Londres 2012.
El rey Harald de Noruega participó en los Juegos de Tokio 1964, México 1968 y Munich 1972 en la modalidad de vela, al igual que el rey Juan Carlos, que fue olímpico en Munich 1972, la infanta Cristina que fue abanderada y miembro del equipo de vela en Seúl 1988, mientras que el rey Felipe VI fue abanderado del equipo español en Barcelona 1992 y quedó sexto en la clase Soling de vela.
La equitación es uno de los deportes preferidos de la realeza. La princesa Haya de Jordania fue olímpica en Sydney 2000, mientras que en Londres 2012 participaron los miembros de la familia real de Arabia Saudí Faisal Alshalan y Abdullah bin Mitleb. Por su parte, la princesa real Ana fue una de las integrantes del equipo que participó en los Juegos de 1976, mientras que su primer marido, el capitán Mark Phillips, ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Múnich y la medalla de plata en Seúl 1988.
Por su parte, Alberto de Mónaco seguramente es el miembro de la realeza que ha participado en más Juegos Olímpicos de invierno, desde 1988 hasta el 2002, compitiendo en bobsleigh. Su mujer, la Charlene fue nadadora y compitió en Sydney 2000.
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