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Robert Redford: la muerte de dos de sus hijos y sus años de bohemia en España

Robert Redford, uno de los míticos actores de Hollywood, ha conquistado las pantallas por su físico y su talento de actor e incluso de director.

Robert Redford, uno de los míticos actores de Hollywood, ha conquistado las pantallas por su físico y su talento de actor e incluso de director.
Robert Redford y Merryl Streep en 'Memorias de África' | Archivo

Convendrán que Robert Redford ha sido uno de los míticos actores de Hollywood, que conquistó las pantallas tanto por su físico como por su indudable talento de actor e incluso en su faceta de director en una docena de ocasiones. Lleva retirado desde hace cinco años, y aunque tiene negocios relacionados con su profesión, no va a volver más a situarse ante o detrás de una cámara. Se ha casado dos veces, tuvo cuatro hijos, dos de ellos muertos en situaciones dramáticas. Su vida ha sido pródiga en aventuras, cuando era un joven rebelde, anárquico que estuvo en España en un par de ocasiones, malviviendo como un pobre bohemio.

Su padre fue lechero y luego contable; la madre, ama de casa. Robert Redford vino al mundo en un barrio pobre de Santa Mónica, California: el 18 de agosto cumplirá ochenta y ocho años. En aquel ambiente sórdido transcurrió su infancia y adolescencia. Nada extraño fue que en su juventud bordeara la delincuencia. Afortunadamente supo salir de aquellos arrabales, y con los estudios previos para entrar en la Universidad se matriculó en Derecho e Historia del Arte. Dibujaba muy bien y se inició como pintor aficionado. Contaba dieciocho años cuando su madre falleció de cáncer. Afligido, buscó la fórmula para superar el dolor, marchándose a Europa. París y Roma fueron sus primeras ciudades en visitar, sobre todo recorriendo museos y monumentos, llevado por su pasión artística. En España, pasó por Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca. En esta isla, contaba que aprendió a pescar. Para ganarse la vida vendía los cuadros que pintaba en la calle.

A nuestro país retornaría unos años más tarde, ya casado con Lola Van Vagenen en 1958. Pasaron siete meses en Fuengirola, luego en una granja de Mijas, sin luz ni electricidad. Confesaba el actor que fue una época maravillosa, en total libertad. Pintaba los paisajes malagueños, cuyos lienzos les permitían comer de manera frugal. De regreso a Estados Unidos es cuando inició su carrera cinematográfica, por supuesto desde abajo. Tardaría hasta convertirse en uno de los galanes más admirados por las mujeres, un símbolo sexual.

Con Lola convivió veintisiete años. Ella de religión mormona, él, budista. Tuvieron que asumir la inesperada muerte de su primogénito, Scott, que falleció a los cinco meses de muerte súbita. Un duro golpe para la joven pareja, que tendría tres hijos más: Shawna, Amy y James. Éste último también se fue de este mundo a la edad de cincuenta y ocho años. Era guionista y realizador de documentales, padeció de joven problemas de salud, tuvieron que trasplantarle un hígado en un par de ocasiones. Fue otro amargo capítulo negro del destino, que dejó sus huellas en las vidas de Robert y Lola. Pero también otra desgracia sumió de pena a la familia: su primogénita, Shawna, fue testigo del asesinato de su novio a manos de su mejor amigo, lo que la llevó a un periodo depresivo alarmante, al punto que conduciendo su coche en esas condiciones psíquicas, cayó con el vehículo en un lago, y cuando fue rescatada y la hospitalizaron pasó un tiempo durante el cual no podía casi andar.

Superando todas esas difíciles circunstancias, Robert Redford fue imponiendo su bello rostro en películas inolvidables, de las que recordamos, como ejemplo, las que siguen: "Descalzos por el parque", "El candidato", "El golpe", "Todos los hombres del Presidente", "Brubaker", "Memorias de África"…

Por causas que nunca adujeron públicamente, Robert y Lola rompieron su lazo matrimonial en 1985. El actor se enamoró de una pintora alemana, Sibylle Szaggars, con la que tras convivir durante trece años se casó en Hamburgo en 2009, en el transcurso de una ceremonia íntima. Siendo Redford un actor que adoraba a las mujeres, con las dos citadas trató de ser un esposo fiel.

El implacable paso del tiempo dejó sus huellas en el rostro de Robert Redford, hace ya unos cuantos años surcado de arrugas. Dijo en una entrevista: "No tengo problemas en envejecer siempre que pueda practicar deporte".

En 1980 fundó el Festival de Sundance. Es un instituto al que acuden con becas que Redford patrocina con destino a jóvenes cineastas. Certamen que se celebra anualmente con la exhibición de películas de todos los países, procedentes la mayoría de productoras independientes. Soy asiduo telespectador de esa cadena, donde encuentro muy notables cintas en su programación diaria. Por cierto: el nombre de ese festival obedece al del personaje que Redford interpretó junto a su buen amigo Paul Newman en "Dos hombres y un destino": Sundance Kid.

Ganador de tres Óscar, nominado en muchas otras ocasiones, y de otros premios importantes como los Globos de Oro, Robert Redford ya es historia del mejor cine de Hollywood. En España fue propuesto para el Princesa de Asturias, en 2016, pero no se lo concedieron. Por su contribución al Séptimo Arte estaba más que justificado. Conforme iba cumpliendo años empezó a sentirse ya cansado del cine. En 2017 rodó junto a Jane Fonda, otra de sus buenas amigas y colegas, "Nosotros en la noche". Y dos años más tarde la que consta como la película de su despedida de la pantalla: "Avengers: Endgame".

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