Menú

Jacobo, hijo de la duquesa de Alba, ha cumplido 70 años y lleva casado 20 con Inka Martí

El tercero de los hijos de la Duquesa de Alba cumple 70 años, y 20 años de feliz unión con su segunda esposa, la ex presentadora Inka Martí

El tercero de los hijos de la Duquesa de Alba cumple 70 años, y 20 años de feliz unión con su segunda esposa, la ex presentadora Inka Martí
Jacobo Fitz James Stuart e Inka Martí | Gtres

Jacobo, tercero de los descendientes de la duquesa de Alba, acaba de celebrar su setenta cumpleaños junto a quien es su segunda esposa, quien fuera conocida presentadora de televisión, Inka Martí. Lleva con todo orgullo y honor, imaginamos, su primer apellido, Fitz-James Stuart. Que en puridad no le corresponde, aunque en el Ministerio de Justicia pueda ser posible, como fue su caso, alterando los apellidos paternos y maternos. Lo anecdótico en la familia de la Casa de Alba es que tres de los seis hijos de la Duquesa Cayetana, los tres primeros, Carlos, Alfonso y Jacobo, ostenten primeramente tal apellido, en tanto los otros tres hermanos, Fernando, Cayetano y María Eugenia lleven los de su progenitor, Martínez de Irujo. ¿Capricho en los mayores?

Todo tiene su origen cuando nació Carlos, el primogénito, quien es ahora quien lleva las riendas de la Casa de Alba, título ya asignado a su hijo como heredero del histórico título. Entonces, su madre, la Duquesa, una vez consultado su primer esposo, Luis Martínez de Irujo, que dio su visto bueno, cambió legalmente el primer apellido de éste que lógicamente llevaba su hijo, por el primero suyo, el de Cayetana, quien pasó a poseer un carné de identidad que lo presentaba como Carlos Fitz-James Stuart. ¿Por qué tomó tal decisión la Duquesa?

Sencillamente porque deseaba que ese apellido de rango escocés no se perdiera y con el transcurso del tiempo sus hijos fueran Martínez, por mucho que este otro apellido llevara unido el "de Irujo", que le proporcionaba un signo de distinción frente a ese otro tan extendido en España, considerado o no vulgar.

Ocurrió después que el segundo hijo, Alfonso, también lleva ese apellido, el primero de su madre. ¿Lo decidió él cuando tuvo uso de razón o lo quiso la Duquesa para no hacer distinción con respecto a su primogénito? Llegado el caso del tercer hijo, Jacobo, nos consta que fue éste, en su juventud parece ser, quien quiso imitar a sus dos hermanos mayores. Los otros tres menores, o bien no han querido, o les ha dado lo mismo, o sencillamente para reivindicar la personalidad de su padre, un gran gestor de la Casa de Alba, llevando dignamente el apellido compuesto Martínez de Irujo.

Sépase que Fitz-James Stuart procede de un linaje nobiliario de Escocia. Quien ostentó tales apelativos fue James, hijo del rey Jacobo II de Inglaterra, amancebado por cierto con Arabella Churchill. Que también reunía el ducado de Berwick. El mismo título que pasó a manos de Jacobo, también conde de Siruela. Éste es el título que más ha usado Jacobo, aunque la verdad sea dicha no ha sido pródigo en exhibirlo públicamente.

Jacobo, físicamente, no se parece en nada a sus hermanos. Lleva desde sus años jóvenes una melena cenicienta, gafas, da la impresión de ser tímido, y es de los que menos ha querido ser siempre un personaje de revistas del corazón, en lo que también se asocia a Alfonso. Sin embargo, Jacobo Siruela, que es como más se le cita, es un reconocido intelectual, de gran prestigio entre libreros, historiadores y editores; él mismo lo fue cuando a la edad de veintiséis años fundó la editorial que llevó por nombre el de ese segundo título nobiliario. La editorial Siruela ganó mucho prestigio al publicar libros de cuidadísima edición, algunos de ellos raros, descatalogados y reimpresos, o bien novedades literarias en principio nada comerciales, bien para coleccionistas o en todo caso en pequeñas tiradas. Jacobo vendió el año 2000 ese negocio, prosiguió con otro más o menos similar, al tiempo que alternaba sus obligaciones como agricultor y ganadero. Y todo ello distanciado un tanto de su familia, los Alba.

Cuando en 1980 se casó con María Eugenia Fernández de Castro, fue a pesar de su disgusto, blanco de los reporteros de las revistas rosas. La novia, de acomodada y prestigiosa familia, siempre fue una mujer abierta, simpática y amiga de muchos periodistas. Ella misma ejerció de tertuliana. La recuerdo a su lado compartiendo un programa de la ya desaparecida Radio España, que dirigía el muy competente Antonio Jiménez. La pareja tuvo dos niños: Jacobo y Brianda. Se separaron en 1998 aunque María Eugenia continuó mucho tiempo compartiendo confidencias con su exsuegra.

Tras el divorcio, Jacobo Siruela comenzó una relación sentimental con la presentadora de televisión Inka Martí, una fémina atractiva, nacida en Alemania hace sesenta años, que en principio había ejercido como modelo. Estuvo diez años conviviendo con un importante productor musical, el catalán Gay Mercader, a quien recuerdo que entre otros ídolos, fue el primero en contratar para un concierto en Barcelona a los incombustibles Rolling Stones, que yo presencié. Inka y Gay tarifaron y fue cuando ella inició su idilio con Jacobo hasta contraer matrimonio en 2004. Fue en Roma, en la intimidad y creo recordar que no acudió a la ceremonia ningún familiar del novio.

Para entonces, a Inka Martí ya se le habían quitado las ganas de continuar su faceta de presentadora de televisión. Le ocurrió un grave incidente, que la llevó a esa renuncia. Fue en la época que trabajaba en TV3 en Barcelona. El director entonces de esa cadena, desde hace años partícipe de los desvaríos de la separatista Generalitat, le prometió un programa estelar, a cambio de sexo. Espantada, Inka abandonó desolada el despacho de aquel miserable directivo. A su memoria llegaron también recuerdos juveniles cuando en varias ocasiones quisieron abusar de ella. Era ya una mujer de gran presencia, muy llamativa en su físico.

Inka Martí Kiemann ha trabajado como periodista, escultora, fotógrafa, editora. Con ese bagaje profesional no es extraño que en poco tiempo contemporizara con Jacobo, quien siempre ha sido un enamorado de las Bellas Artes, incluso pintor aficionado de estimables cuadros.

Por razones que nos son ocultas, Inka no simpatizó nunca con su suegra. La Duquesa de Alba le dedicó cierto día en uno de los programas de Ana Rosa Quintana una despectiva frase: que su nuera "era mala y envidiosa". Como es lógico a Jacobo y a su segunda esposa el insulto les sentó fatal. A pesar de que Cayetana de Alba se arrepintió después de aquella pulla, el caso es que Jacobo determinó en 2017 romper definitivamente todo diálogo con su madre.

Llegado el momento en el que unos años antes de fallecer, la Duquesa determinó repartir su valioso patrimonio entre sus hijos, a Jacobo le correspondieron unas tierras en la provincia de Salamanca, cerca de Alba de Tormes, en el lugar llamado Larrodrigo, extensión de cuatro mil hectáreas, propiedad ganadera y agrícola. Y ahí tienen a un intelectual como Jacobo Siruela interesado en esa heredad, que viene ocupando gran parte de su tiempo, aunque antes de recibirla residía con Inka Martí en Mas Pou, en Vilaür, pueblo del Ampurdán, donde en 2005 volvió a fundar una revista cultural, "Atalanta". De manera que el matrimonio vive entre esa localidad catalana y la otra salmantina, como también disponen de una vivienda en Madrid. Inka Martí comparte ese interés con su marido en su vida en el campo, participando en faenas que junto a Jacobo no parece sean las habituales en una pareja como la que han formado felizmente.

En Chic

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Biblia Ilustrada
    • Libro
    • Curso