La psicóloga Ana Villarrubia se convirtió en uno de los nuevos rostros de El Programa de AR y su sustituto veraniego. La tertuliana estaba casada con Álvaro Rojo, hijo que tuvo la presentadora con el también periodista Alfonso Rojo. Sin embargo, Villarrubia dijo adiós a su matrimonio con Álvaro y a principios de este año anunció su boda con Pedro José Onieva, un tío paterno de Íñigo Onieva, marido de Tamara Falcó.
La pareja se casó el 3 de mayo y Ana dedicó un romántico texto a su marido: "Sí, quiero. Lo quiero todo. En Madrid, en… y en… Porque te quiero a ti, porque eres lo mejor que podía pasarme en la vida, o en cien mil vidas más. Total, ya no existe otra… Esta, que sepas que la quiero vivir tanto aquí como en Baena, tanto en Madrid como en cualquier lugar de Andalucía".
Ese amor parece haberse desvanecido en cuestión de meses, pues el pasado fin de semana la psicóloga anunció en redes sociales su separación de Pedro José y, por lo que escribió, no parece un divorcio amistoso. "Todo empezó aquí y aquí termina. Él quería que todo se supiese, que todo se airease, que no hubiera malos entendidos y que mejor que todo el mundo supiera de lo nuestro antes de que cualquier ex pudiera dudar. Y yo entendí que por amor y lealtad extraordinarios que le tenía (increíble el amor que sentí) era una buena forma de hacerlo (aún a costa de mi familia y de muchos de los míos). Del mismo modo, aquí acaba todo", comienza su texto.
"Lo que hay y hubo detrás… Eso… No lo sabe nadie. Nadie jamás lo sabrá. El infierno en vida, eso que si me cuentan me cuesta creer… Un lobo con piel de cordero. Y lo frustrante de que sabes que lo que estás viviendo es profundamente injusto pero no puedes irte de inmediato: primero porque tratas de entender y luego porque tardas… Algo dentro de ti te pide que te evadas y que trates de verte y releerte desde fuera con el único objetivo de actuar con cabeza o, en mi caso, como si estuvieras actuando en tu rol profesional, con una tercera persona", añade, dando a entender que su marido no se portó bien con ella durante estos cinco meses.
"Si me equivoqué en las formas iniciales, si me equivoqué al confiar en quién era y al llevarle de la mano con orgullo, esto al menos ya hace que impere la coherencia. Ya pago las consecuencias de mis errores. Si esto tiene que ser el cierre de las redes, que lo sea. Si esto es una de las consecuencias del chantaje sufrido, que lo sea también. Si tengo que sentirme identificada con tantas y tantas mujeres, no voy a ser menos. Las cosas tienen nombre, hay personas que no saben ni querer ni cuidar, y así han de ser recordadas. El daño está hecho y en la recuperación ya me encuentro", explica.
"Esto a él le hará más fuerte, lo sé, pero no me hace más frágil a mí. Solo me recuerda lo duro de lo que he vivido. Lección aprendida. Gracias a mi experiencia, gracias por todo lo aprendido, gracias a tanta gente por tanto. Un malo en la consulta no se me cuela. Fuera de la consulta, en mi vida privada, nos puede pasar a todos, a partir de ahora es más difícil o quiero creer que tiene muchas menos posibilidades…", sentencia.