Christina Ricci, reconocida por sus papeles en La Familia Addams y Sleepy Hollow, ha revelado en el documental Child Star, detalles desgarradores sobre su difícil infancia. En su testimonio, la actriz describe a su padre, Ralph Ricci, como un hombre con un "narcisismo realmente loco", obsesionado con la idea de liderar una secta. Según Ricci, esa actitud controladora se acompañaba de una violencia física constante que convertía su hogar en un espacio de caos y miedo. "Nunca hubo paz en mi casa", recuerda con amargura, subrayando el ambiente de tensión permanente que dominó sus años de infancia.
El set de filmación, su refugio emocional
A pesar de crecer en un entorno tan tóxico, Ricci encontró en la actuación una vía de escape que le proporcionó la seguridad emocional que le faltaba en casa. Desde los siete años, los sets de televisión y cine se convirtieron en su lugar seguro. Según la actriz, trabajar en la industria del entretenimiento le ofrecía un refugio de tranquilidad, un contraste absoluto con la imprevisibilidad de su hogar. "En los rodajes sabía que no iba a pasar nada totalmente loco", relató Ricci, comparando la calma de los sets con las amenazas constantes de su padre, quien en una ocasión llegó a fingir que estrellaría el coche contra una pared.
La actriz también recuerda con especial cariño los viajes que hacía con su madre a Nueva York para asistir a audiciones. Estos viajes no solo le brindaban una sensación de normalidad, sino que también eran una forma de validación personal. A diferencia de lo que sucedía en casa, donde dominaban el caos y la violencia, en su vida profesional podía experimentar elogios y aprobación por su trabajo, lo que la ayudaba a sobrellevar la difícil situación familiar. "Lo que realmente me encantaba era poder ir con mi madre en el autobús", comenta, resaltando cómo esos momentos la ayudaban a mantenerse a flote emocionalmente.
Un corte definitivo con su padre para protegerse
El punto de inflexión en la vida de Ricci llegó cuando sus padres se separaron cuando ella tenía 13 años. Poco después de esa ruptura, Ricci decidió cortar todo contacto con su padre, una decisión que describe como uno de sus primeros actos de autocuidado. Aunque esta elección pudo parecer fría para algunos, la actriz ha subrayado en varias ocasiones lo crucial que fue para su bienestar mental y emocional. "Fue una de las primeras decisiones que tomé para cuidar de mí misma", reveló Ricci, explicando que esa medida fue esencial para construir una vida más estable y alejarse del control y la violencia que había marcado su infancia.