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Dolly Parton enviuda del único hombre de su vida tras 60 años de matrimonio

Dolly Parton, la reina de la música country, no atravesa un buen momento después de perder al amor de su vida.

Dolly Parton, la reina de la música country, no atravesa un buen momento después de perder al amor de su vida.
Cordon Press

Escribir sobre Dolly Parton es hacerlo sobre una celebridad musical norteamericana, de fama mundial. Justamente aclamada como "La reina del country"; es decir, el género de canción vaquera de tanta tradición en los Estados Unidos. Habitual centro de elogiosos comentarios en su ya larga carrera, desde que muy niña, en 1955, ya actuaba en emisoras de radio. Su familia numerosa (ella es la cuarta de doce hermanos) estuvo siempre vinculada a la música a través de sus vinculaciones religiosas. Ahora, Dolly está atravesando el más duro episodio de esa vida, como decimos hasta la actualidad repleta de éxitos y satisfacciones íntimas, porque ha enviudado del hombre que estuvo a su lado como marido durante sesenta años, su único amor, lo que ya es mérito cuando habitualmente se cuentan separaciones y divorcios entre las gentes del mundo del espectáculo.

Tenía dieciocho años cuando Dolly Parton, que ya era conocida como cantante en Nashville, donde tantos años ha residido, centro de la música country, fue a una lavandería. Una práctica muy habitual en la vida norteamericana como vemos en el cine. Y a las puertas dio en darse de bruces con un joven de su misma edad, llamado Carl Lean. Cruzaron sus miradas. A ella, según confesaría, le impresionó la manera con la que aquel desconocido fijó sus ojos en los de la cantante. Ocurrió lo que en tantas ocasiones en las parejas que se enamoran de repente: un flechazo, que los cursis invocan a Cupido, ese angelote con un arco de flechas.

Dolly, que se sepa, no tenía novio. Y si alguna vez "roneó" como dicen los andaluces con algún chico, no fue trascendente. Pero sí aquel casual encuentro con Carl Lean. Se casaron en un pueblo de Georgia el 30 de mayo de 1966. Y siempre llevaron una vida tranquila, lo más discreta posible pues él nunca quiso interferir la brillante carrera de Dolly.

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Dolly Parton con Kenny Rogers y Barry Gibb

El marido se convirtió en un afortunado empresario de un negocio de pavimentación de carreteras. Y si acompañó en ocasiones a Dolly en eventos artísticos, fiestas, desfiles por pasarelas rojas, lo hizo casi a regañadientes. No era celoso, no le importaba que ella luciera despampanantes vestidos, luciendo un abultado busto, mostrándolo con indudable orgullo y coquetería de diva. Podría pensarse que esta estrella de la canción era una mujer frívola; sí, por esa apariencia estética, aunque interiormente llevó siempre una existencia fuera de los escenarios ajena a cualquier escándalo. Digamos que se servía de ese generoso escote habitual en ella simplemente para atraer admiradores. Y a fuer que lo consiguió en toda su carrera donde lo principal, no lo olvidemos, era la potencia, la calidad de su voz y sus canciones. No en vano recibió innumerables galardones, entre ellos una docena de Grammys, que se consideran como es sabido "los Óscar de la música".

Dolly Parton tuvo entre sus éxitos uno muy especial, "Jolene", con una letra que evocaba su amor permanente por Carl Lean. En un mundillo donde se suceden viajes, encuentros con otros hombres que pudieran atraerla, ella fue siempre fiel a su marido; y a la inversa. Lo único que les faltó fue ser padres. Dedicaron todo su cariño a los muchos sobrinos que tenían.

La personalidad evidente de Dolly Parton se desarrolló a través de sus actividades como intérprete, compositora, productora de sus discos y espectáculos, la de guitarrista y también la de actriz en series de televisión donde desplegó entre otras virtudes profesionales su vis cómica. Una rubia siempre espectacular por su manera de vestir y crear tendencias. Muchas estrellas contemporáneas como Beyoncé y demás colegas de su estilo, lo reconozcan o no, han tenido siempre a Dolly Parton como un espejo en el que mirarse.

El marketing de artistas como ella la impulsó a tener en el mercado una colección de muñecas que llevaban su nombre y su figura. Invirtió parte del mucho dinero que ganaba en un parque temático, que le brindó importantes beneficios. Y entre otros negocios, por vía Instagram, impulsó la venta de unos dulces, al tiempo que promovía unas recetas para los muy golosos admiradores suyos.

El pasado 19 de enero Dolly Parton cumplió setenta y nueve años. Todavía su marido, ya enfermo, participó de la tarta consiguiente. Pero unas semanas más tarde ocurría la muerte de Carl Lean, a los ochenta y dos años, en Nashville, estado de Tennessee. La sonrisa de la más grande del country americano, siempre una explosión de alegría en los escenarios, se apagó en un rictus que expresaba su dolorido pesar. La soledad es ahora su compañera tras perder al único hombre que amó apasionadamente.

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