
Frank Cuesta ha vuelto al centro de la polémica tras la publicación de un video en su canal de YouTube que sorprendió a su seguidores. En el video, el popular defensor de los animales aseguraba, entre otras cosas, que no tenía cáncer, que no era veterinario ni herpetólogo, y que los animales de su santuario no habían sido rescatados, sino comprados. Las afirmaciones causaron un gran revuelo entre sus seguidores, generando incertidumbre sobre la veracidad de su trayectoria y su imagen pública.
Sin embargo, pocas horas después, Cuesta eliminó el video y publicó uno nuevo en el que aclaraba lo sucedido. Según su versión, el video anterior fue grabado bajo coacción y siguiendo un guión que le impusieron. Afirmó que le prometieron que, si aceptaba grabarlo, cesaría el acoso que él y su familia han venido sufriendo en los últimos meses.
El nuevo video de más de dos horas de duración emitido en directo, y en tono visiblemente afectado, expone su desgaste y su sensación de estar "acorralado". Aunque no dio nombres concretos, dejó entrever que detrás de la presión podría haber intereses que buscan desacreditarlo públicamente.
"Yo he intentado solucionar este problema cuatro veces y hoy fue la última. Ahora me arriesgo a que saquen todo y a quedar como un soez y un guarro, pero ya me da igual".
Esta situación llega después de semanas de controversia en torno a su figura, incluyendo acusaciones en redes sociales de supuesto maltrato animal y engaños relacionados con su santuario en Tailandia. Cuesta, visiblemente afectado, ya había reaccionado recientemente a estas críticas con un video, donde defendía con vehemencia la labor que realiza y desmentía las acusaciones.
El animalista ha expresado "soy muchas cosas, pero soy buena persona. Soy un gilipollas, un mentiroso, manipulado, pero soy buena persona, he intentado ayudar a los demás, hacerlos felices a los que estaban lado mío".
Mientras tanto, las redes se han llenado de comentarios divididos: algunos usuarios apoyan incondicionalmente a Frank, empatizando con el desgaste emocional que expresa; otros, sin embargo, se muestran escépticos y exigen más transparencia.