
Paloma San Basilio ha tenido una carrera en el mundo del espectáculo que ya dura algo más de medio siglo, en la que abundan anécdotas de todo tipo, incluyendo las que tienen que ver con algunos hombres que quisieron acostarse con ella. Se ha sabido, por ejemplo, lo que le ocurrió una noche con el mismísimo Donald Trump, cuando aún no era tan conocido y estaba lejos de alcanzar, por dos veces, la presidencia de los Estados Unidos.
Sucedió en el hotel-casino de Atlantic City, donde Paloma estaba contratada para dar un recital hace algunos años, no podemos precisar cuál. El caso es que entre los espectadores se encontraba el entonces sólo considerado como uno de los millonarios de Nueva York, que arrastraba mala fama por sus escarceos extra matrimoniales. Nuestra compatriota nada sabía de él, por lo que, al retirarse a la "suite" que ocupó en ese complejo hotelero una vez concluida su actuación, se extrañó que sonara el teléfono de su habitación escuchando la voz de un desconocido, que se identificó como míster Trump. A Paloma le sonó a chino aquel nombre. ¿Qué es lo que quería? Y Donald, utilizando un tono falsamente armonioso, le dijo haberse sentido feliz escuchándola y que deseaba hablar con ella para felicitarla. Sorprendida, Paloma le agradeció su piropo, contestándole que ya con esas palabras sentíase agradecida. Insistió él, mientras Paloma estaba desmaquillándose, deseando meterse entre las sábanas de su cama para descansar. Insistía Trump en subir a la habitación de la cantante, hasta que ésta lo despidió con unas terminantes ¡buenas noches!, colgando inmediatamente el teléfono. Para sí, ella se dijo que nada tenía que ver con ese señor, el que luego llegaría a la Casa Blanca. Y aquella noche, míster Trump se fue con el rabo entre las piernas por su fallido ligue con una española, que no sucumbió ante su demanda por muy cargado de millones que fuera. ¡Bien por Paloma!
Triunfal fue su carrera en adelante. Ya hizo un amago de retirarse de la música hace pocos años, para dedicarse a escribir, a pintar, y a disfrutar más de los viajes, sobre todo a Los Ángeles, donde vive su única hija. No cumplió del todo aquel deseo, aunque ahora sí sucederá este verano su adiós como cantante, una de las más completas intérpretes del pop melódico español, a través de una gira por España con su espectáculo "Gracias Tour".
Son cincuenta años, como apuntábamos al principio, los que lleva cantando esta sevillana recriada en Madrid, que también en su infancia vivió unos años en Lugo. Estudiante de Filosofía y Letras, también de Psicología, para después convertirse en presentadora en un programa de Televisión Española y desde allí, intérprete de canciones, lo que desde luego no estaba en sus sueños cuando era jovencita. Su carrera ha sido tan densa, llena de éxitos, tan conocida, que no la vamos a repetir, sino a centrarnos en su inmediato futuro.
En la pasada primavera estuvo promocionando su tercera novela, "Uxoa, el secreto del Valle", que es medio autobiográfica, y Paloma se convierte en alter ego de la protagonista del relato, contando su vida en el Baztán y la de su hermana. Resulta que la cantante perdió a su tan querida Maite. Hace tiempo que Paloma adquirió una vivienda en esos hermosos parajes de Navarra.

Hay en la vida de Paloma San Basilio una constante: la de cambiar cada cierto tiempo de domicilio o añadir algún inmueble más al de su habitual residencia. Como psicóloga profesional estará de acuerdo en que esa diversidad de asentamientos por temporadas demuestra en ella un deseo de búsqueda para variar, para encontrar alicientes nuevos, aunque no desestime un lugar fijo al que amarrarse. Y es lo que ha hecho, desde sus años familiares en el madrileño barrio de Chamberí. Cuando se independizó para casarse con el atleta Ignacio Gómez Pellico, entre los años 1972 y 1977, buscó un chalé a quince kilómetros de Madrid, en una urbanización situada en la cercanía de la carretera de La Coruña. Allí gozó de momentos felices con la hija que tuvieron, Ivana Vanessa. El matrimonio fracasó e Ignacio salió de su vida. Paloma encontró otro amor, el empresario Claudio Rey, en la intimidad "Capi", con quien continuó viviendo en aquel sitio. La niña fue tomando cariño al que era su padrastro, aunque en realidad podía no ser llamado así, en función de que la pareja no quiso nunca casarse. Es posible que la cantante no deseara tropezar de nuevo en la misma piedra, y prefirió seguir soltera. Y así continúa. Mantiene desde el pasado una buena relación con los periodistas. Como miembro de la peña "Primera Plana" recuerdo haberla votado para el premio Naranja, que ganó sin discrepancias. No obstante, Paloma tiene un don: el de negarse a hablar de su vida privada sin que los informadores mostremos mala cara con ella. Y así, cuando rompió con Claudio Rey no nos dio explicaciones tras la larga convivencia que tuvo con su atractiva y agradable pareja, siempre elegante y afable. Después hemos ignorado con quién sale y con quién entra. Hace ya bastante tiempo que no se ve a esta gran estrella acompañada de varón alguno que podamos interpretar como su último novio.
Si decíamos que con su marido y luego su pareja habitaron el mismo hogar, más tarde Paloma dejó aquel chalé madrileño de Las Rozas, para afincarse en Andalucía; allí eligió en El Puerto de Santa María una casa que le proporcionó mucha tranquilidad. También le apeteció irse a vivir a Zahara de los Atunes, el pueblecito natal de Paquirri. Y añorando un paisaje nevado entre montañas, se procuró una segunda residencia en el Valle del Baztán, como decíamos a propósito de su tercer libro. Y entre medias, cuando marchó a México, donde es muy querida, sentó sus reales en una villa adquirida en Cuernavaca. En todas esas viviendas lo que hacía eran operaciones de compra-venta: dejaba una casa por otra. Y así iba conociendo ambientes diversos, lo que siempre, insistimos, le ha apasionado.
Se dice de ella que es enamoradiza, aunque sólo se conozcan esos dos hombres en su vida ya citados. El primero de sus novios sí confesaba que lo tuvo a sus quince años, un chico de su barrio, de la misma panda de amigos: breve aventura de un invierno, finiquitada al siguiente verano. Sus experiencias amorosas las conoce muy poquita gente, ya decimos. En boca cerrada, no entran moscas, parece tener como conducta. Luego está la mujer simpática de siempre, que relata sus proyectos más inmediatos, el primero será para noviembre o diciembre si es que se retrasa: protagonista de un monólogo teatral sobre el personaje cervantino de "Dulcinea", que no le es ajeno: ya estrenó la comedia musical "El hombre de La Mancha" junto a José Sacristán, uno de sus más logrados éxitos artísticos. La dirigirá Juan Carlos Rubio.
Cuando tiene los suficientes días libres retorna a Los Ángeles, donde ya decíamos al principio que vive su única hija, madre de dos hijos, chico y chica, que la convirtieron en joven abuela ya hace algún tiempo. Ivana Vanesa Gómez es compositora y productora musical, utilizando el sobrenombre de Shalee. Ignoramos su procedencia.
Hubo un "run run" en el pasado, pongamos veintitantos años, que no pasó de eso, del rumor que no pudo confirmarse, pero que el notable y acreditado biógrafo inglés de Lady Di, Andrew Morton, lo publicó como cierto. Dada la reputación de este escritor y periodista, autor de otras biografías de personajes de la realeza y el mundo cinematográfico, el asunto cobró en España cierta verosimilitud. Sólo él se había atrevido a contarlo pues ningún otro colega español de ningún medio lo hizo. Un secreto que el tal Morton reveló sobre Paloma San Basilio, asociada a los nombres de otras damas con las que don Juan Carlos de Borbón tuvo relaciones íntimas. Se defendió ella negando tan cosa. "Una confusión, porque mi pareja entonces se apellidaba Rey, Claudio Rey". No coló. Y en otra ocasión, Paloma ya fue más concreta, manteniendo siempre que eso era mentira: "Porque el Emérito no es mi tipo". Y ahí acabaron aquellos chismes.