Fue, en concreto, el de la edición de Pesadilla en la cocina del pasado jueves, el Castro de Lugo situado en la calle Jerónima Llorente, del barrio madrileño de Tetuán. Se trató del programa más visto de la historia de La Sexta, llegando a registrar más de 3 millones de espectadores y un 15,3% de share.
Tal y como publica La Información, el Castro de Lugo sufría de una cocinera que se iba a rezar pese a tener esperando a sus clientes, de unos camareros de lo más parsimoniosos, así como un dueño bastante desubicado. El propio Chicote lo definió como "un centro de exterminación de personas", y llegó a vomitar ante las cámaras ante la visión de la comida podrida de la cocina del local.
La promoción que podría haber significado la emisión de Pesadilla en la cocina, sin embargo, llegó demasiado tarde para el restaurante, que en esos momentos ya había echado el cierre.
A lo largo del programa, el equipo tuvo que clausurar el local y contratar unos servicios de desinfección para poder reabrir el restaurante. Asimismo, se cambió la decoración del local y se trató de instruir a su peculiar cocinera.
Chicote, finalmente, dejó el local con la esperanza de que con las reformas realizadas, podía salir adelante. No obstante, esta vez no ha podido ser: el Castro de Lugo está ahora mismo cerrado y a la espera de la llegada de otro dueño.