La última edición de Supervivientes 2014 ha batido el récords en abandonos y lloros, esta vez sin Katia Aveiro de por medio. Una rotura fibrilar, caídas, pereza y un largo etcétera ha "diezmado" el número de concursantes en la isla. Durante la octava gala del programa los titulares los acapararon la confesión de Diego Matamoros y, sobre todo, lo ocurrido con Oriana y Tony.
Tony Spina, el chico de Mujeres y Hombres y Viceversa, entró al programa para sustituir a su novia, Oriana, que abandonó porque no se sentía bien en la isla. Tras unas semanas participando, una rotura fibrilar le ha llevado a sumarse a la larga lista de abandonos, explica Europa Press. Pero su regreso sólo fue el comienzo de las turbulencias.
Los padres de Tony fueron a recoger a su hijo a Honduras, y allí le mostraron la portada de la revista Sálvame donde se ve a Oriana besándose, supuestamente, con Adrián, exconcursante de Gran Hermano. Montaje o no, para Tony quedó todo claro y tomó una decisión en pleno directo: romper con quien hasta ese preciso instante había sido su amor.
Oriana comenzó a llorar en directo tras su tajante ruptura: "Está fuera de mi vida, para mí ya no existe", exclamó Spina. Jorge Javier intentó suavizar la situación y calmar los ánimos, pero de nada sirvió y el joven ni siquiera quiso escuchar la versión de su novia. Ni las palabras del presentador en el que le informaba a Tony de que Oriana había tenido que ser atendida por los servicios médicos del programa, solucionaron el asunto.
El reencuentro de la expareja se producirá, por supuesto, en antena, y con Jorge Javier de mediador. Fue la condición que él puso para hablar con Oriana: "Quiero que alguien esté delante porque luego las cosas se malinterpretan". Un reencuentro en el que Oriana tendrá que demostrar a Tony que nunca le ha sido infiel y que todo ha sido un supuesto montaje, como ella misma ha afirmado.