La noticia de que el expresidente Zapatero ha estado de cháchara con Pablo Iglesias ha provocado perplejidad, indignación o descojono en amplios sectores de la sociedad española. Que lo hiciera "a instancias de Bono" y a espaldas de Pedro Sánchez añade una nota de color que no ha pasado inadvertida para nuestros estimables poetas.
¿Es el inefable Rodríguez tan estulto como parece, o la cosa tiene su intríngulis?
Lean, opinen, mójense.
QUE SÍ, QUE ES TONTO
por Monsieur de Sans-Foy
¿Hablamos de Rodríguez Zapatero?
Un tonto que es más tonto que Pichote.
Un tonto proverbial: de capirote,
del haba, de remate y con babero.
Lo suyo es antológico, severo:
hablamos del Auténtico del Bote,
que es tonto hasta la punta del cipote.
Rumboso, presuntuoso y altanero.
La cara de este memo entre los memos
disgusta a los actuales sucesores:
un lastre que no hay Dios que lo resista.
En cambio, los chavales de Podemos
le deben el mayor de los favores:
la muerte del Partido Socialista.
QUE SÍ, QUE SÍ, PERO…
por Fray Josepho
¿Qué quiere que le diga, Mesié? Que Zapatero
no es muy despabilado. Que tiene usted razón.
Que a su trivial cacumen, insustancial y huero,
lo tomo por molondro, chocholo o tontorrón.
Que sí, no se sorprenda, carísimo cofrade,
de que, excepcionalmente, pensemos hoy igual.
Que el coco zapatérico, por más que en él se horade,
no esconde ni el más mínimo producto intelectual.
Pero, ojo, que hay más cosas. No excluya ni deseche
las otras cualidades que ostenta ZP.
Primera y destacada, su enorme mala leche.
Su habilidad pasmosa matando al volapié.
En fin, su escasa pesquis (que no se la cuestiono)
la enmienda con su espléndido manejo del puñal.
Y a Sánchez, con la ayuda maléfica de Bono,
se lo insertó en el quinto espacio intercostal.