La noche de este jueves en la casa de Gran Hermano Vip fue surrealista. Hace unos días estaba claro que Belén Esteban iba a irse de la casa y, sin embargo, pocos minutos antes de que finalizase la gala, la colaboradora de Sálvame consiguió vencer a Ares y quedarse en Guadalix. Cuando se enteró del resultado, la de San Blas se quedó como en estado de shock y no pudo dejar de llorar desconsoladamente, lo que hizo que Ares, su enemiga dentro de la casa, la consolase y diera ánimos para que se quedara.
Cogidas de la mano, cada creía que sería la expulsada de Gran Hermano. Belén lo tenía tan claro porque había pedido que la echasen de la casa. Nada más saber la noticia, la Esteban se hundió y no paró de llorar y Ares, la expulsada, se centró en consolarla. La que hasta ahora era conocida como la princesa del pueblo solo decía entre lágrimas: "No me hace caso la gente, pasa de mí". Mientras Ares le recordaba que "ella pudo con Víctor y con el torero, pero que no ha podido con ella, que aguantase". Añadía que tenía que sacar fuerzas y cumplir las promesas que había hecho.
Sin dejar el berrinche ni un segundo, en vez de celebrar la victoria Belén le dijo a Jordi que no entendía lo que estaba pasando, que la gente no le hacía caso porque ella había pedido que la expulsasen y no lo habían hecho. De la preocupación que sintió por no salir de la casa, pasó a recordar que ya no iba a ver a su Andreíta, Miguel y su madre, así que volvió a llorar.
Tras todo lo ocurrido, cada vez más gente piensa que el que Sálvame desvelase los resultados de los porcentajes a ciegas no fue un error, sino una estrategia de la cadena para que los fans de Belén se movilizasen y salvasen a su colaboradora.