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Se decidirá esta semana

Los seguidores de 'Top Gear' ponen un tanque frente a la BBC para exigir su continuidad

Se han recogido un millón de firmas para exigir la continuidad del popular programa tras la suspensión de su presentador Jeremy Clarkson.

Se han recogido un millón de firmas para exigir la continuidad del popular programa tras la suspensión de su presentador Jeremy Clarkson.

A los mandamases de la BBC nunca les ha gustado Top Gear. En concreto, parecen odiar que su programa de mayor éxito mundial esté dirigido por un conservador descarado y lenguaraz que no se atiene a lo políticamente correcto. La antítesis de los valores de la muy progre cadena pública británica. Jeremy Clarkson y los suyos se burlan en su programa de todos y cada uno de los países que visitan, pero principalmente, y es lo que a menudo olvidan sus críticos, se ríen de sí mismos.

Hace un par de semanas, el director y presentador de Top Gear fue suspendido por la BBC por un altercado con un productor. Según la prensa inglesa, el problema se habría debido a que, tras un día de rodaje, no había cena preparada, y Jeremy Clarkson la tomó con el productor Oisin Tymon, a quien culpaba del problema. A partir de ahí existen varias versiones, desde la que afirma que el presentador le pegó un puñetazo a la que asegura que fueron gritos y empujones. Al parecer, Clarkson, de 54 años, llamó al director del BBC para disculparse por el incidente ese mismo día, algo que no impidió que fuera suspendido.

Clarkson y sus dos compañeros James May y Richard Hammond cumplen contrato este mismo mes, al término de la temporada. Quedan tres episodios por emitir y aunque las piezas están grabadas, hay que rodar la parte que se hace en el plató del programa con el público presente. La BBC tiene intención de emitirlos, sobre todo después de perder 4 millones de espectadores el primer fin de semana en que tuvo que sustituir el programa. Pero si la suspensión termina en despido, es posible que no pueda hacerlo por mucho que quiera, al menos en su formato habitual.

Top Gear se ha convertido desde el año 2000 en una franquicia global con programas con la misma marca en Estados Unidos, Australia, Alemania, Japón y, desde hace poco, Francia. Sin embargo, ninguno ha tenido el éxito del original, con 350 millones de espectadores en todo el mundo, que sobresale principalmente por el carisma y la complicidad de sus tres presentadores, además de la calidad de las grabaciones. En lugar de sesudos análisis y comparaciones entre coches de calle normales y corrientes, el programa se centra en analizar de aquella manera los mejores superdeportivos y hacérselas pasar canutas a sus presentadores con diversos desafíos.

Jeremy Clarkson ya estaba apercibido por la dirección de la BBC por los comentarios despectivos que el programa hacía, siempre en tono de humor, sobre algunos de los países en los que rodaba. El año pasado tuvieron lugar serios altercados en su especial en Argentina, debido a que el coche del presentador llevaba la matrícula H982 FKL, que los argentinos tomaron como una referencia a la guerra de las Malvinas (Falklands en inglés) que tuvo lugar en 1982. El presentador asegura que fue una casualidad y es cierto que el vehículo que se empleó, un Porsche 928 usado, tenía esa matrícula anteriormente.

Temiendo la cancelación del programa, sus seguidores se han movilizado y el bloguero Guido Fawkes ha conseguido un millón de firmas a través de la plataforma Change.org. La entrega de las firmas a la BBC ha sido, cuando menos, particular y no muy amistosa. Un hombre disfrazado como The Stig, el piloto del programa que siempre tiene el casco puesto y cuya identidad se desconoce, ha llegado en un tanque alquilado a la sede principal de la BBC, transportando la lista del millón de firmas. Si la intención era mostrar que no se iban a tomar muy bien que Clarkson fuera despedido y el programa cancelado, no hay duda de que las formas han sido de lo más adecuadas.

Se espera que esta semana la BBC tome una decisión respecto a Clarkson. Si decidieran despedirle, se enfrentarían no sólo a las iras de los seguidores del programa, sino a otro tipo de problemas. Clarkson ha amenazado con represalias legales, y además es propietario de la mitad de la marca Top Gear, y parece claro que no permitiría que el programa siguiera sin él, algo que tampoco tendría mucho sentido dado que es el principal responsable de su éxito. Por su parte, la BBC tampoco permitiría que el programa se hiciera en otra cadena con el mismo nombre.

Clarkson, por su parte, parece convencido de que va a ser despedido. Ya ha dado pistas en una de sus columnas y en un discurso de una organización caritativa con la que colabora. A través de ella un fan con mucho dinero ha pagado 150.000 dólares para dar una vuelta al famoso circuito de Top Gear como copiloto de Clarkson. Puede haber sido la última vez que el famoso presentador lo recorra.

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