Dos colosos de la cursilada. Dos monstruos de la pedantería. Dos ases de la pomposidad se enfrentan en esta gran final. A un lado el aspirante, Juan Carlos Monedero, y al otro el expresidente y defensor del título, José Luis Rodríguez Zapatero. Atrás han quedado rivales como Baltasar Garzón o Esteban González Pons, buenos competidores, pero muy por debajo de estos dos cracks de la cursilería.
Es el momento de la verdad. Se lo juegan todo. ¿Quién será el ganador? Nuestros poetas, como siempre, discrepan.
NO HAY RIVAL
por Monsieur de Sans-Foy
Nadie más pretencioso ni redicho,
ni en éste ni en el siglo venidero,
que José Luis Rodríguez Zapatero:
estólido, pedante y muy mal bicho.
No piensen que lo digo por capricho:
un libro lenguaraz y pendenciero,
firmado y avalado por el clero,
describe exactamente al susodicho:
"GaZmoño, Zote, Zángano, coñaZo,
oficialiZador del pelotaZo,
mastuerZo, Zascandil y Zalamero.
DulZón empapuZado de alboroZo,
tenaZ en la chapuZa y el destroZo...
Con Zeta, de Rodríguez Zapatero".
HAY NUEVO CAMPEÓN
por Fray Josepho
Yo sé, Mesié, que es cursi Rodríguez Zapatero.
Más cursi que ponerle chorreras a un jamón.
Pero, hoy por hoy, sin duda, le gana Monedero,
un number one, un líder, un crack, un campeón.
Le gana por pedante. Le gana por barroco.
Le gana porque infla sus frases cual soufflé.
Le gana por sus lágrimas, que son un Orinoco.
Y por sus adjetivos a la remanguillé.
Sus cursiladas máximas, sus cimas antológicas,
las cúspides cursílicas de su ceremonial
son sus desopilantes reseñas necrológicas
de cuando muere un sátrapa bermejo y tropical.
Si el día en que yo palme saliera algún cabrito
diciendo cursiladas de análogo jaez,
le juro por mis muertos, Sanfuá, que resucito,
le arreo dos guantazos, y me muero otra vez.