La cercanía de los comicios obra milagros en los viejos partidos, pero también en los nuevos: Podemos, la vieja horda revolucionaria, reniega de toda afinidad con Cuba o Venezuela. "¿Caracas? ¿Dónde queda eso?". Ni Carmena fue jamás comunista ni Monedero estuvo nunca al oeste de Pontevedra.
La muchachada del Coletas jura –o promete– que lo suyo es puritita socialdemocracia, "como lo de Suecia o Dinamarca".
Esta breve oscilación geográfica les ha bastado a nuestros poetas para discrepar y casi llegar a las manos... Pero ya saben ustedes que estos dos la lían por la mínima:
DINAMARCA, EXTERIOR, NOCHE
por Monsieur de Sans-Foy
Amarilla está la Luna,
sucio y verde es su fulgor
sobre las lúgubres torres
del castillo de Elsinor.
Por la estrecha y fría ronda
del perímetro exterior,
centinelas empapados,
añorando su jergón.
Un orvallo a la danesa
moja con delectación
a cualquiera que se asome,
da igual nórdico que no.
¡Contened, nobles lectores,
la habitual respiración!
(No te espantes, Fray Josepho,
que eres medio maricón,
y enseguida pegas voces
y alaridos de terror).
¿Qué es aquello que reluce,
recubierto de vapor,
con una túnica malva
que parece un camisón?
¿Eres Hamlet o su padre?
¿Qué pesar o qué aflicción
te ha sacado de la tumba,
desgraciado, en plena no-
che y con este calabobos,
que es fatal para la tos?
–Yo no soy ningún difunto.
No soy una aparición.
Soy un joven progresista,
cultivado profesor
y fenómeno mediático
en el Estado Español:
Pablo Iglesias es mi nombre.
Salgo por televisión.
–¿Y qué pinta en Dinamarca,
vestido de ese color
y con esa capa larga
y acabada en capuchón?
–Si me guarda usté el secreto,
le diré, mi buen señor,
que, en España, se me acusa
de ser algo... fantasmón.
Yo no digo que lo sea
ni les quito la razón,
pero, si he de conformarme
con la tal reputación,
quiero hacerlo con estilo:
provocar fascinación.
Mi colega Monedero,
que es fantasma, como yo,
es del tipo caribeño:
fuma habanos, bebe ron
y se deja cuatro pelos
por debajo del mentón.
Monedero es un petardo
sin arreglo ni perdón.
De esa especie de ectoplasma
chiquitito de Errejón...
no le digo lo que pienso:
me lo callo, que es menor.
¡Pero yo soy una estrella,
no un espectro del montón!
Me he venido a Dinamarca:
cursaré declamación
fantasmal socialdemócrata...
y unos pasos de hip hop.
PABLO IGLESIAS ASESORÓ A SUECIA
por Fray Josepho
Mi querido Mesié. No sea carca.
Pablemos nunca estuvo en Dinamarca.
En serio, amigo mío, no divague.
Iglesias no conoce Copenhague.
Que no, que esa patraña ya no cuela…
¡Como la de que estuvo en Venezuela!
Nunca asesoró a Chávez, ni a Maduro.
Jamás. Nunca. Jamás. Se lo aseguro.
Son infundios, Sanfuá, de la caverna.
Y que usted los repita me consterna.
Porque todo es mentira. Ya sabemos
la tirria que le tienen a Pablemos.
La gente es retorcida, ruin y necia.
¡A quien copia Pablemos es a Suecia!
Pablemos fue asesor con Errejón
de ese hermoso país del Septentrión.
Hicieron una espléndida tarea.
¡A ellos se debe el éxito de Ikea!
Gracias a su consejo, verbigracia,
pudo arraigar allí la democracia.
Y lo buenas que están allí las tías
es, cómo no, por sus asesorías.
A Pablo no le oirá presumir de esto,
porque él es muy humilde y muy modesto.
Y es que allí en el país escandinavo,
se hizo amigo del rey Carlos Gustavo.
A palacio, Pablemos y Errejón
iban a tomar blinis de salmón.
En fin, que en Estocolmo se le adora.
Aunque él no lo comenta, por ahora.
"Pål Kyrkor" se le llama. (Sí, no es broma:
Kyrkor es como "Iglesias"en su idioma).
Por sus dotes también como estratega,
ha recibido ofertas de Noruega.
Y de Finlandia, igual. Tiene tal labia,
que lo quieren en toda Escandinavia.
De España allí conocen el jamón,
la paella, Pablemos y Errejón.
Agradezcamos, pues, el sacrificio
de que presten a España su servicio.
Porque ellos, generosos, son así.
Quieren traernos Suecia para aquí.
¡Qué bien! ¡Igual que suecos viviremos
gracias a los muchachos de Podemos!