María Teresa Campos es una periodista eminentemente progresista, no en vano tiene ya una edad respetable y una situación patrimonial más respetable aún. Sus entrevistas a Pablo Iglesias y a Pedro Sánchez pusieron de manifiesto que la matriarca de Telecinco tiene una concepción de la realidad compatible con la que defienden los principales políticos de izquierda. Sólo desde esa mínima comunión ideológica puede soportarse, sin mover un músculo, que el líder de Podemos te cante tocando a la guitarra una nana infumable (y desafinada) de Víctor Jara, como hizo la Campos cuando recibió a Pablemos en su programa hace dos semanas.
Este domingo fue el presidente del Gobierno el invitado a Qué tiempo tan feliz, otro de los jalones imprescindibles en la carrera de los candidatos a La Moncloa en la actual campaña electoral, la más mediática de cuantas se recuerdan en nuestro país. Mariano Rajoy compareció ante María Teresa Campos, cumplió con su papel de político responsable que no pierde el tiempo en debatir con la chiquillería, demostró que conoce perfectamente la biografía musical de Nino Bravo y aprovechó la oportunidad para dar algún consejo a su principal rival, un pobre Pedro Sánchez, más necesitado que nunca de ese apoyo presidencial a tenor de cómo lo vienen (mal)tratando últimamente todas las encuestas.
Rajoy insistió ante la Campos en que su papel como presidente del Gobierno en esta campaña es debatir únicamente con el (todavía) líder de la oposición. Es una costumbre muy española y Mariano, persona de orden, respetuosa con las tradiciones, no la va a traicionar por más que todos los vaticinios auguren la irrupción de nuevos partidos políticos en las Cortes Generales.
El programa de Telecinco trata de mostrar el lado humano de los invitados, pero en el caso de Rajoy (como en el de Pedro Sánchez), esa primicia ya la había conseguido Bertín Osborne, así que lo que hizo ayer el presidente fue simplemente repetir las anécdotas que ya había desvelado en TVE-1, aunque la Campos fingiera sorpresa y tratara de hacer pasar por una exclusiva lo que no pasó de ser una reiteración costumbrista de pasajes personales ya conocidos.
Pero hubo un momento en el programa en que María Teresa Campos mostró sus reproches a la gestión de Rajoy. Fue cuando el presidente del Gobierno hablaba de la gente que lo ha pasado mal durante la crisis. La presentadora aprovechó y advirtió a Rajoy de que también los artistas (como ella) lo están pasando muy mal. "Por culpa de Hacienda", añadió, en referencia nada velada a la deuda de 800.000 euros que el fisco reclama a las empresas de María Teresa.
Rajoy no le cantó ninguna canción a María Teresa Campos y eso que el presidente es un fan declarado de los Beatles, otra señal de que las perspectivas electorales del PP no son tan angustiosas como para obligar a su líder a llevar a cabo ciertos alardes. Si las encuestas estuvieran más apretadas podríamos haber visto a Mariano interpretando Let it be, con Soraya a la guitarra, ante la mirada arrobada de la Campos. Lástima. Otra vez será.