Un príncipe para... ha vuelto a la televisión. Cuatro estrenó este martes la tercera edición del programa en una edición que, aunque conserva su esencia principal, ha cambiado ciertos puntos del formato por aquello de reinventarse. La primera temporada, protagonizada por Corinna Randazzo, sorprendió a los espectadoras por su desternillante postproducción y la segunda, con Laura Parejo, tuvo una considerable bajada de audiencia.
Una de las novedades más llamativas de este año es que no hay una, sino tres princesas, y cada una completamente diferente: Marta, Rym y Yiya son sus nombres. Y muchos espectadores, a juzgar por el revuelo en redes sociales, ya se han aprendido quiénes son. Marta es la más dulce y delicada; a Rym le gusta mucho lujo y es de origen marroquí, además parece no saber cuándo callarse; y Yiya, por su parte, se definió como "guerrera", siendo la más divertida y cercana. Ni siquiera ellas sabían que en esta ocasión serían tres princesas, así que cuando lo descubrieron fue uno de los mejores momentos de la noche. La relación que habrá entre ellas promete numerosas discusiones y enfrentamientos.
Otro de los cambios más significativos fue el hecho de que los pretendientes ya no están divididos en cuatro grupos (nerds, simpáticos, guapos y únicos), sino que todos son un mismo grupo, para que las princesas conozcan a los pretendientes sin juzgarles de primeras, algo que no convenció a los espectadores. Sin embargo, por las personalidades tan llamativas de los concursantes, hace que siga teniendo gracia el momento en el que las protagonistas conocen a sus pretendientes.
El momento más comentado de la noche fue cuando una de las princesas decidió echar a uno de sus pretendientes, aunque le gustaba, solo por fastidiar a su compañera. A Marta le había gustado Damián, pero éste estaba en el grupo de Rym. Todas tenían una calabaza para dársela a uno de sus chicos y lo sorprendente vino cuando la marroquí decidió entregársela a Damián porque sabía que a su compañera Marta también le había hecho gracia, dejando claro cómo se las gasta la joven. Esto molestó mucho a la rubia y no pasó desapercibido en las redes sociales.
Todo ello entre grandes castillos, vestuario fabuloso, alfombras rojas y un ambiente ideal para un cuento de princesas algo más traicioneras de lo habitual. El reino de las tres coronas, lo llamaron en el programa. Y desde luego era cierto: las tres protagonistas despacharon a gusto a los participantes. La semana que viene comienza la convivencia entre todos, las primeras citas y nuevos gags y disgustos. Incluyendo una sospecha: ¿habrá una cuarta princesa?