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Cuando el Gordo de Navidad tocó en un prostíbulo y nadie acudió a celebrarlo

El Gordo de Navidad ha dejado numerosas anécdotas, pero ninguna como las que le contamos a continuación. 

El Gordo de Navidad ha dejado numerosas anécdotas, pero ninguna como las que le contamos a continuación. 
Imagen de Villaviciosa de al lado | Atresmedia

Llegadas estas fechas se extiende por España la costumbre de comprar lotería de Navidad. Se han realizado cálculos matemáticos por expertos en toda clase de juegos y loterías, llegando a la conclusión de que, en proporción, aunque dado el azar las posibilidades de obtener premio son harto difíciles, el sorteo del "Gordo" no es precisamente el que más opciones tiene para ganar. Sin embargo, se impone la tradición de hace dos siglos y hay jugadores a quienes nada importa permanecer más de dos horas en una cola para conseguir siquiera un décimo. Ocurre en las cercanías de la madrileña Puerta del Sol, en una administración de Doña Manolita. Fe en ese lugar que, desde luego, al expender más números, tiene hipotéticamente más posibilidades para lograr los mayores premios.

Las anécdotas de algunos de los que resultan favorecidos por la diosa Fortuna son realmente sorprendentes. Como la de aquel ciudadano que murió precisamente la víspera del sorteo, fue enterrado el 22 de diciembre y resultó agraciado con el Gordo. Sus deudos, sabedores de que jugaba el número premiado, buscaron por todos los rincones de su casa el décimo de marras, sin hallarlo. Hasta que la desconsolada viuda recordó que el finado solía guardarlo en su traje dominguero. Precisamente con el que le procuraron la mortaja. Fueron al juez, contaron el precedente para ser autorizados a desenterrar al muerto y extraer de alguno de sus bolsillos el décimo con el que podrían hacerse con una considerable suma de dinero.

Otra historia, sin tintes necrofílicos, acaeció hace tres años en la población manchega de Quintanar de la Orden, provincia de Toledo, donde una de las administraciones se vio favorecida con el Gordo en el número 62.246. Cuatro millones de euros para los afortunados. En los pueblos, cuando eso ocurre en una fecha tan especial, ya se sabe que la gente se concentra a las puertas del local que expidió los billetes de lotería agraciados, y festeja tanto los que van a cobrar como los que son simplemente mirones destapando botellas de cava barato a mansalva, en medio de gritos y música de fanfarria. Pero esta vez ocurrió que buena parte de esos décimos se vendieron en un conocido puticlub de la localidad. Y nadie, absolutamente ninguno de los afortunados, tuvo la ocurrencia de volver a pisar ese día sus salones. Fácil es deducir que esposas, hijos y novias de quienes eran poseedores de tales décimos escurrieron el bulto, no dieron explicaciones a sus familias para evitar el sonrojo y las broncas por frecuentar lugares de mala nota. Que días después adujeran que la lotería la habían comprado en otro sitio, pudo ocurrir. O que admitieran que sí, que aquella noche se fueron allí de farra, y que al fin y al cabo, con lo ganado podrían resolver sus problemas domésticos, sin que debiera importar haber sido infieles a sus parientas aquella fecha en la que les dio por encamarse con una fulana. ¿Mal hecho? ¿Una cana al aire reprobable? Lo que ustedes quieran. Pero si el marido o novio que engañó a sus respectivas parejas no hubiera ido a holgar al puticlub, no habría comprado el décimo que los convertía en millonarios. Moralejas se pueden sacar las que quieran…

El caso es que, aun transcurridos tres años de aquel sorteo navideño, se ha estrenado este fin de semana Villaviciosa de al lado, película de Nacho G. Velilla, que se ha inspirado en la anécdota que les hemos contado para el argumento de su comedia cinematográfica. Las actrices participantes en la cinta, las que interpretan a esas mujeres burladas pero que se reparten los millones del Gordo, son entre otras, Carmen Machi, Julieta Serrano y Belén Cuesta. Los actores masculinos son menos conocidos por expreso deseo del realizador. La doble moral de la historia queda explícitamente expuesta en la película. Y algunos dirán al final tras contemplarla que, en ocasiones, "irse de putas" tiene sus ventajas. Y ustedes perdonen…

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