
Isabel Pantoja no podía haber elegido un programa más ruidoso e histérico que El Hormiguero para regresar a la luz pública. Y si les extraña un poco ver a la tonadillera en un programa de ese perfil loco y pirado, piénselo dos veces. Al fin y al cabo, su ritmo constante es perfecto para que nos olvidemos de los fantasmas del pasado, y Motos no destaca precisamente por su habilidad para plantear cuestiones espinosas. Lo intentó, pero poco, y Pantoja lo toreó como quiso. El programa por poco no lo presentó ella, que se definió como "frágil, pero valiente".
La cosa se puso intensa rápidamente. "Han sido dos años difíciles, intensos, dolorosos. Y estoy tratando de salir psíquicamente a través de mi trabajo, mis canciones, de gente como tú y gente que me adora. Y hacer todo lo que he hecho durante más de 40 años, que es cantar. Me va muy bien esto, y mejorando día a día", dijo Pantoja, que no tardaría en lanzar dardos a la prensa: "Hacen preguntas para chincharte, cabrearte, que saltes demasiado; no ponen la pregunta sino la respuesta que tú das. Ya no le tengo miedo a mis respuestas sino a lo que preguntan".
Si Motos le preguntaba por sus enemigos, ella repetía el nombre del disco. Motos quiso saber si alguna de sus canciones "estaba dedicada", en clara referencia a Julián Muñoz. Pantoja no contestó. Las hormigas aparecieron para salvarla (tardaron más de tres cuartos de hora en hacerlo, no fuera que dijeran algo inapropiado) y los experimentos locos (Pantoja, eso sí, hizo un gazpacho) brillaron por su ausencia. Quien dictaba los tiempos –estaba clarísimo– era una Pantoja a la que solo le faltó presentar ella misma el programa. Hasta el punto de que se despidió ella misma una vez tocó dar el cante. Motos, haciendo el gazpacho, intentó hacer algún chiste verde al que Pantoja respondió con silencio.
Isabel Pantoja: La turmix es pequeña.
Pablo Motos: Estas acostumbrada a cosas grandes.
Tocaba lo que toca y lo que tocaba se titula "Hasta que se apague el sol". Y la única entrevista que habrá en España para mostrar el disco –subrayó Motos al principio– tuvo cero espontaneidad y mucho de obligada concesión. Aunque en realidad tampoco fue arriesgado: el presentador, al fin y al cabo, preparó el terreno con una ración extra de aplausos y un público más veterano de lo habitual coreando su nombre para que Pantoja, recién mudada a Madrid, se sintiera como en casa.
Hubo más masajes en El Hormiguero de anoche, y el segundo fue para el fallecido Juan Gabriel, íntimo amigo de Pantoja y responsable verdadero de "Hasta que se apague el sol", grabado hace tres años, antes de su entrada en ese lugar del que no quiso "citar el nombre". Seis de los temas –explicó ella– están "escritos para mí, exclusivamente para mí. Lo demás son éxitos de él. Y tenía ganas de adaptarlas a mi estilo y mi forma", explicó sobre el disco. Una afectada Pantoja, que hizo ademán de llorar en varias ocasiones, aseguró sobre la muerte de Juan Gabriel que "fue un palo, de los dos que tuve ha sido el tercero más grave de mi vida". Pantoja explicó que el cantante "eligió los temas, la portada, el título, absolutamente todo. El disco me lo entregaron", y hubo sentimientos a flor de piel para él y para el resto de su familia.

Para su hermano Agustín, muy poco para Chabelita pero sí para, sobre todo, su hijo Kiko, que hizo una aparición especial por teléfono para cruzarse halagos con su madre. "Juan Gabriel tuvo la idea de que Kiko rapease en un tema, y lo puso en el disco", explicó Pantoja para justificar la llamada, y sobre todo el rap, que sonó al menos en dos ocasiones, una de ellas con Pantoja haciendo gazpacho. Ambos se intercambiaron mimos y Pantoja reivindicó, de nuevo, el nombre de su hijo: "Se llama Rivera Pantoja, con eso ha nacido, pero el talento es de él y solo de él". Amén.
Pero... ¿y el futuro? ¿Está abierta al amor Isabel Pantoja? "Ese tipo de amor ahora mismo no me pasa ni por aquí, no entra ni un hilito de luz. De momento". La cantante, que no habló de novios pero sí de su vieja perra Sisi, que solo tiene un diente y que fue un regalo "de alguien que no voy a decir" de un programa televisivo, se despidió tras dos canciones en directo y un casto beso en la boca de Pablo Motos. Guste o no, dijo haberlo pasado bien y confirmó su vuelta en futuros programas. Hay Pantoja para rato, de aquí hasta que se apague el sol.